El perfil circular de la Panda House resuelve las complejas condiciones de su localización, una intersección de recorridos entre los sectores de los elefantes, los monos y la fauna nórdica del zoo de Copenhague. A su vez, esta forma se aprovecha para definir dos mitades a modo de ‘yin y yang’ que posibilitan que el macho y la hembra estén separados durante la mayor parte del año, lo que incrementa la probabilidad de apareamiento. Cada estancia se modela con una pendiente suave —bajo la que se disponen cobijos cerrados— que permite delimitar dos pequeños bosques diferenciados de bambú y de niebla, así como dos arroyos.

El proyecto se concibe como una experiencia de inmersión completa en el hábitat de los pandas, por lo que además del recorrido panorámico en la parte alta del perímetro, se reservan espacios inferiores que ofrecen la posibilidad de contemplar de cerca a los animales y de asomarse a las zonas auxiliares, como el almacén frigorífico de bambú o la sala de entrenamiento. Se propone también un restaurante situado entre la instalación de los pandas y la de los elefantes desde el que se puede disfrutar simultáneamente de ambos entornos. Por último, el exterior se cubre con abundante vegetación que contribuye a fundir el recinto con sus edificaciones colindantes.