Al margen de los jardines de Herrenhausen y de la actividad de su famoso recinto ferial, la ciudad de Hannover cuenta con pocos rasgos identificativos. La arquitectura histórica de su centro urbano —destruido como en muchas otras ciudades alemanas durante los bombardeos de la II Guerra Mundial— ha sido sustituida por espacios fundamentalmente comerciales en torno a calles peatonales sin carácter específico. Decidido a alterar este entorno sin sobresaltos, el Norddeutsche Landesbank ha levantado su sede sobre un estratégico solar frente al Ayuntamiento, irrumpiendo como una suerte de faro desmembrado en el tranquilo horizonte de la ciudad.

Con este gesto publicitario, el banco ha querido además centralizar sus dependencias, reuniendo en una sola sede a sus 1.500 empleados, hasta ahora repartidos en 16 filiales por toda la ciudad. A partir de un edificio existente en la esquina suroeste de la parcela, la sede del banco completa una manzana de piezas dispersas y contorno en L con una crujía perimetral de seis alturas que recoge la altura de cornisa de las construcciones adyacentes. Del centro del patio así definido surge la torre con la que la entidad bancaria ha rasgado el horizonte urbano: 17 plantas de oficinas que, huyendo de la nitidez volumétrica del prisma miesiano, semejan una pila de cajas desordenadas en todas direcciones. El núcleo de escaleras, servicios y ascensores es prácticamente el único elemento que se repite en todas las plantas, formando un fuste del que salen y en el que se apoyan crujías de distintas dimensiones, haciendo que el perímetro de cada planta crezca según las necesidades de cada departamento. La actitud extrovertida en el plano formal se corresponde también con una vocación abierta del banco como institución al servicio del público, y el edificio abre su planta baja con cafeterías, tiendas de flores, restaurantes, auditorio, galería de arte, jardines y estanques a disposición de los ciudadanos.

Con la intención de lograr la máxima conexión entre el interior y el exterior, el vidrio es el principal protagonista en la materialización de este proyecto. Sus dobles fachadas juegan un papel crucial en la climatización interior, actuando como conductos de la ventilación natural que sustituye al aire acondicionado. Unas persianas en esta cámara regulan la incidencia solar, permitiendo al usuario determinar las condiciones ambientales de su puesto de trabajo. La transparencia de la envolvente es especialmente patente durante la noche, cuando el interior se ilumina mediante diodos y el edificio se transforma en una suerte de linterna urbana...[+]