A poco más de cien kilómetros de la capital pacense, al norte de la provincia, la ciudad de Don Benito constituye, con Villanueva de la Serena, el centro económico de la comarca extremeña de Vegas Altas. Al norte del núcleo urbano se extiende el polígono industrial de San Isidro, donde se ubican las nuevas instalaciones de la compañía Megaisa. En este contexto sin atributos, la nueva fábrica de montajes eléctricos se dota de su propio carácter gracias a un proyecto que combina tres estrategias complementarias capaces de producir un léxico propio.

El proyecto para la nueva fábrica de montajes eléctricos, dentro de un gran polígono industrial situado junto al centro urbano de Don Benito, busca responder a ese anodino entorno creando un lenguaje propio. 

En primer lugar, la configuración de un recinto: a diferencia del tipo convencional, basado en el binomio nave industrial y explanada abierta, el edificio se apropia del solar, ocupando en su totalidad el perímetro cuadrado para generar un patio de maniobras interior, controlable y privado, cuya geometría viene determinada por el radio de giro —de 15 metros— de los camiones de reparto de grandes dimensiones. Al interior, la circulación en anillo da lugar a una secuencia de espacios concatenados que permiten recorrer todo el edificio de manera continua.

A diferencia de los esquemas convencionales, formados por una nave industrial compacta y una explanada abierta, el edificio ocupa toda la parcela cuadrada y se extiende por el perímetro en torno a un gran patio interior de operaciones, cuya dimensión viene dictada por el radio de giro —15 metros— de  los grandes camiones.

En segundo lugar, el recurso a geometrías descentradas: el desplazamiento del patio —de 30 x 30 metros— respecto al centro del cuadrado de la parcela —de 45 x 45 metros— permite generar dos anchos de crujía, una de seis metros, donde se ubican los programas de administración y oficinas, y otra de nueve metros, que alberga las zonas industriales, produciéndose de esta manera un atractivo juego de simetrías y asimetrías que resuelven el programa funcional; en sección, la extrusión de cuatro volúmenes de diez metros de altura girados en esvástica genera unas almenas industriales, cuyo interior alberga una secuencia de alturas libres y entreplantas.

En tercer lugar, el desarrollo de una estética de lo ‘industrial vernáculo’: la estructura, de pórticos metálicos, se reviste de una sencilla chapa minionda de acero galvanizado que, en una clara alusión al contexto del polígono industrial en que se encuentra el edificio, se utiliza como único material, tanto en el interior como el exterior, creando un llamativo juego de brillos y contrastes. Con una imagen totalmente hermética al exterior, la habilidosa solución de los huecos, como abstractos recortes rectangulares desplazados, resuelve el control solar mediante el troquelado de la propia chapa y desdibuja la escala de la construcción, exhibiendo una equilibrada economía de medios en la ejecución de los detalles.


Cliente Client
MEGAISA

Arquitecto Architect
José María Sánchez García

Colaboradores Collaborators
Mariló Sánchez, Marta Cabezón, Sandra Palau, Carlos Antón

Consultores Consultants
Enrique García Margallo / ARO Consultores (ingeniería engineering); Juan Pedro Cortés / Ingecoes (estructuras structures); Álvaro Muñoz Carrero (arquitecto técnico quantity surveyor)

Contratista Contractor
DIECO S.L.

Superficie construida Floor area
1.500 m²

Presupuesto Budget
700.000 €

Fotos Photos
Roland Halbe