A menos de una de hora de Madrid, en un entorno de gran importancia histórica y ecológica determinado por la presencia del Monasterio de El Escorial y el espacio natural protegido de la vertiente sur del monte Abantos, el proyecto parte del requerimiento normativo del mínimo impacto visual. La casa acepta así la fuerte pendiente del terreno en el que se asienta y se organiza en un conjunto de plataformas escalonadas coronado por un cuerpo abierto al paisaje. Un entramado estructural de esbeltas costillas de hormigón armado cose los tres niveles de la vivienda, articulando el carácter masivo de los muros de contención inferiores y la ligereza del revestimiento de vidrio de la parte superior. Los retranqueos del cerramiento respecto a la retícula estructural permiten generar espacios perimetrales al aire libre —que serán colonizados con el tiempo por la vegetación— a través de los cuales las estancias más públicas, ubicadas en la planta superior, se abren a las espectaculares vistas de la sierra de Guadarrama y de la capital. En cuanto a los materiales, la austeridad de los elementos estructurales de hormigón y de los adoquines de piedra se contrapone a la calidez de los acabados en madera de pino aplicados a particiones interiores, tarimas y carpinterías... 
[+][+]