El proyecto del Louvre-Lens es fruto del concurso de ideas convocado en el año 2005 para el diseño de una nueva sede del Museo del Louvre fuera de París, bajo la premisa de descentralizar la institución, incrementar en unos 20.000 metros cuadrados la superficie del museo —aumentando considerablemente los fondos de obra artística que permanecerán expuestos— y ofrecer al público un recorrido transversal por la colección, alejado de las visiones más tradicionales. El museo se ubicará en la región de Pas de Calais —al norte de Francia—, sobre los terrenos de la antigua mina de carbón de la ciudad de Lens, aún hoy atravesados por los restos de las antiguas vías férreas que recorrían los trenes mineros.

El museo se situará al final de un largo sendero, sobre un amplio espacio vacío abierto de la trama urbana rodeado de árboles y zonas verdes. Para evitar sobredimensionar el edificio y responder a los desniveles del terreno, el proyecto se fragmenta en volúmenes alargados, estrechos y ligeramente alabeados, enlazados entre sí mediante una disposición fluida que se adapta perfectamente a la topografía. Mediante la división en recintos autónomos de formas similares, aunque distintas curvaturas y tamaños —cinco de gran volumen y cuatro de pequeñas dimensiones— el museo gana en flexibilidad para integrarse con armonía entre las formas onduladas que conforman el paisaje.

El cerramiento se define mediante una piel metálica reflectante que envuelve los espacios generando reflejos distorsionados del entorno que cambian en armonía con el paisaje, las estaciones, la luz e incluso la posición del espectador. En el interior, la iluminación natural se controla con el empleo de un mecanismo de oscurecimiento en la cubierta y una membrana interior fotosensible.

El programa establece la definición de un área de recepción alojada en un volumen transparente, abierto en todas las direcciones y concebido como un espacio público de libre acceso que alberga la librería, la cafetería, la recepción y la oficina de información. Desde allí, es posible divisar, a través de un gran hueco, el nivel inferior donde los visitantes pueden acceder a diversas instalaciones educativas como la biblioteca multimedia y las salas de conferencias. Por su parte, los espacios de exposición se reparten en tres volúmenes independientes situados a ambos lados del vestíbulo y solapados entre sí en las esquinas. Su finalidad es exponer de forma rotatoria los fondos del Louvre, instituyendo una colección semipermanente de unas quinientas obras que se renovará cada tres años.