Museo de Automoción, Torrejón de la Calzada
Mansilla + Tuñón 

Museo de Automoción, Torrejón de la Calzada

Mansilla + Tuñón 


El solar donde se ubica el Museo de Automoción está delimitado por la antigua y la nueva carretera que unen Madrid y Toledo y por una antigua Cañada Real. El arroyo de las Varahondas cruza la parcela, de unos 60.000 metros cuadrados de superficie, dividiéndola en dos porciones de unos 30.000 metros cuadrados. Es el sector norte, colindante con la antigua carretera de Toledo, el que sirve de lugar de asentamiento para el museo.

Los retranqueos obligatorios a la autovía y a la carretera modelaron un contorno de forma triangular en el que se decidió insertar un volumen cilíndrico: una circunferencia tangente a los trazados delimitadores, que establece una relación óptima entre masa edificada y espacio libre vinculándose así al lugar. Su forma, junto a su gran tamaño, tratan de establecer relaciones con tipos tradicionales, haciendo una reinterpretación del circo y su antecesor, el coliseo romano. Su presencia en el paisaje evoca, igualmente, las grandes fortificaciones castellanas medievales: el castillo y la torre. El carácter fortificado del edificio surge también de su relación con el entorno; así, el proyecto se envuelve en una fábrica metálica y masiva, un muro de introspección que permite que los visitantes vuelquen su interés en el contenido del museo, y que hace reconocible el edificio desde las infraestructuras de transporte que lo acordonan. En la fortificación se han proyectado lucernarios circulares, cuya disposición en planta construirá un espacio maquinista en torno a los automóviles de la colección Barreiros. De este modo, el espacio expositivo surge de la perforación volumétrica que se origina a partir de un sencillo sistema de repetición y homotecia del cilindro generando, debido a la gran escala del contenedor, un único espacio continuo, una concatenación de ámbitos diversos conectados a través de los espacios intersticiales entre patios de luz cilíndricos. Gracias a estos patios se establece una conexión visual cruzada entre los diversos estratos del edificio.

La fachada está constituida por ‘sillares’ modelados a partir de restos de los objetos expuestos en el interior del museo: las carrocerías de los automóviles que, tras perder su uso y ser despojadas del motor y del resto de las piezas recuperables, serán limpiadas y aplastadas para formar parte esencial del cerramiento. La utilización de coches prensados como material de fachada supondrá no sólo la incorporación de un elemento que active la memoria del visitante, sino que representará una actitud activa frente al proceso de reciclado, una acción real de creación a partir de lo desechado.


Cliente Client

Fundación Barreiros

Arquitectos Architects

Luis M. Mansilla, Emilio Tuñón

Colaboradores Collaborators

Andrés Regueiro, Carlos Martínez de Albornoz, Carlos Brage, Marceline Ruckstuhl, Ignacio Peydro, Ana del Arenal, María Langarita, João Leitão, Jorge López, Elke Gmyrek, Rubén Arend, Bryony Roberts

Consultores Consultants

J.G. Ingenieros (instalaciones mechanical engineering); Alfonso Gómez Gaite (estructuras structural engineering); Grupo Entorno (fachada facade)