La construcción de un edificio dedicado al encierro y los Sanfermines convierte al proyecto en una oportunidad para dotar a la ciudad de un referente desde el que mirar y ser mirado. La propuesta se alzará sobre un antiguo parque de bomberos, en la actualidad un solar en fondo de saco sin cualidades espaciales ni urbanísticas pese a su valor simbólico y central en relación con la plaza de toros y la propia ciudad. La estrategia principal se basa en la creación de un nuevo lugar, y las herramientas utilizadas se toman prestadas de los mecanismos empleados por los artistas del paisaje: la mirada y la huella. Así, el edificio se estructura en dos bandas rectangulares de diferente dimensión, sobre cuyos extremos se disponen tres torres con sus respectivos miradores: el mirador de la memoria, el mirador del presente y el mirador del paisaje. Tres torres comunicadas por medio de una viga pasarela, que se configuran en analogía a los tres burgos que dieron origen a la ciudad —la Navarrería, San Cernin y San Nicolás— como símbolo de unidad y diversidad del pueblo navarro.

La construcción de la huella, que resulta de las acciones de la vida, es el otro mecanismo que permite construir un lugar. La edificación, su visualización y su identificación colectiva permite transformar y rehabilitar los lugares degradados. Y si se puede decir que el origen de las ciudades se basa en el comercio y la defensa, en el intercambio y la seguridad, el centro recoge esta memoria contemplando la construcción de un castillo cultural, de un lugar de intercambio y de conocimiento. Se trata de un objeto arquitectónico que establece una huella sobre la plataforma existente, y que se remata con tres grandes miradores que abren sus ojos hacia tres territorios diferenciados: el casco histórico, la ciudad nueva y el valle del río Arga.

Las áreas en las que se divide el proyecto incluyen el área de recepción e información, donde se ubicará el vestíbulo con exposiciones temporales, las taquillas, consigna, una tienda, cafetería y las instalaciones de la oficina de turismo; el área expositiva y museística, compuesta por el salón de actos, un vestíbulo con una cabina de proyección y cuatro grandes salas expositivas dedicadas de forma monográfica al encierro o a los Sanfermines; el área de investigación y documentación, con diversas estancias de archivo, videoteca, hemeroteca, fototeca y sala de lectura relacionadas con los Sanfermines; y el área de gestión y mantenimiento del centro, con las zonas de descanso, archivos, almacén, salas para los servicios técnicos y de control, taller de mantenimiento, limpieza y seguridad.