En 2015, Heatherwick Studio recibió el encargo de diseñar un nuevo proyecto residencial en Chelsea, a la altura de West 18th Street. La parcela está dividida por la High Line —el parque público elevado que recorre el oeste de Manhattan— por lo que era necesario desarrollar un proyecto que conectara ambas partes. La solución es una entrada compartida por los dos bloques, situada bajo la antigua línea de tren. Este pabellón de acceso está formado por un cerramiento completamente acristalado y una cubierta de apariencia textil, que cuelga de los edificios laterales. Dos columnas remachadas de acero, que pertenecen a la estructura ferroviaria original, atraviesan el vestíbulo y le aportan un carácter distintivo.

El diseño recuerda a los edificios históricos existentes en la zona, con ventanales de doble altura, que definen cada apartamento, enmarcados por una retícula de ladrillo. Para evocar el rico patrimonio industrial de Chelsea, el equipo desarrolló una gama especial de ladrillos que dan al proyecto una pátina única. La geometría tridimensional de los cerramientos de vidrio hace que las habitaciones estén llenas de luz y tengan vistas panorámicas del entorno. El uso de materiales robustos y honestos contribuye a crear una imagen de resistencia y durabilidad.