Jardines Midway, Chicago
Frank Lloyd Wright 

Jardines Midway, Chicago

Frank Lloyd Wright 


En su trascendental huida a Europa en 1909, Wright debió de disfrutar de la alegre vida de los Biergärten alemanes y austríacos, una afición que compartía con su amigo Ed Waller Jr., quien a su vuelta le propuso diseñar algo semejante para animar la recargada atmósfera de Chicago. Pero el arquitecto no sólo quería proporcionar con su edificio un marco arquitectónico para los placeres terrenales, sino también satisfacer la sensibilidad estética. Así es como nacieron los Jardines Midway.

El elemento más importante del programa era un gran espacio abierto, el ‘jardín de verano’, organizado a base de terrazas escalonadas en tomo a una pista central de baile. Todo ello estaba delimitado por una construcción perimetral en cuyo lado principal un cuerpo intermedio albergaba un amplio salón, el ‘jardín de invierno’, también rodeado por galerías elevadas. De este modo, la superficie al aire libre era prácticamente equivalente a la situada a cubierto. El lado opuesto del recinto estaba dominado por un escenario para la banda de música, mientras que los dos brazos laterales eran pórticos abiertos con vistas hacia la pista de baile.

En su organización formal, Wright siguió usando sus exitosos recursos compositivos: masas muy articuladas, líneas predominantemente horizontales, y cuerpos prismáticos más altos que parecían dar solidez al conjunto. Al no haber, en este caso, limitaciones presupuestarias, los elementos ornamentales adquirieron un espectacular desarrollo. De hecho, este edificio supone la reaparición del interés de Wright por el ornamento, una actitud tal vez provocada por su visita a la exuberante Viena secesionista. Hay también un aumento de la complejidad geométrica, con diseños de una figuración casi cubista y trazados de un alto grado de abstracción.

Se repiten también los materiales preferidos en sus últimas obras, en especial la fábrica de ladrillo cerámico y el hormigón en diversas formas: en masa, armado y moldeado en bloques. Además, Wright tuvo ocasión de diseñar todo el equipamiento del edificio: desde el mobiliario hasta la cubertería, pasando por murales, lámparas y vajillas.

Como negocio, los Jardines Midway tuvieron un éxito efímero: el segundo fin de semana tras su inauguración, 17.000 personas se agolparon en sus instalaciones. Pero la I Guerra Mundial hizo sus estragos, y la empresa hubo de ser vendida a una firma cervecera cuya clientela no sabía apreciar el refinamiento del lugar. En 1921 volvió a cambiar de manos y en 1929 llegó la Gran Depresión, la ‘ley seca’ y, con ellas, la demolición definitiva del conjunto. No sería el único para Wright…[+]


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Fotos
Fundación Frank Lloyd Wright.