En las estribaciones del campus compostelano y junto a una de sus vías de acceso se levantan tres prismas iguales y distintos, cuyas semejanzas y particularidades se derivan de la indefinición del programa y de las características del solar. La ordenación secuencial de los edificios, elevados sobre un pedestal semisótano, dota de unidad al conjunto; la pendiente del terreno provoca las pequeñas variaciones de volumen y forma de cada una de las unidades. Éstas son edificaciones compactas por fuera y flexibles por dentro, coronadas por pequeños cuerpos con las bibliotecas orientadas a un jardín arbolado en su lado oeste, donde la fachada se abre con cristaleras. La estructura de hormigón se reviste de grandes placas de granito local con la junta abierta; las carpinterías de aluminio y la cubierta de zinc se suman al concierto de grises.