Resultado de un largo proceso que comenzó en el año 2002, cuando tuvo lugar el concurso de ideas en el resultó vencedora la propuesta de Josep Llinás, y que se ha ido dilatando en el tiempo a causa de diferentes cambios urbanísticos —que han incidido en la forma del solar—, y a causa también de la complejidad del lugar, el proyecto se ha mantenido sin embargo desde el principio fiel a dos ideas fundamentales, una referida al emplazamiento y otra al programa.

Por lo que se refiere al emplazamiento, el centro ocupa una parcela en considerable pendiente situado en la barcelonesa Ronda de Dalt, justo en la frontera entre la Sierra de Collserola y la trama urbana de la Ciudad Condal, lo que supone el límite entre ciudad edificada y naturaleza. El centro se ubica en el lado de la montaña, y debía así responder a unas condiciones diferentes a las que presenta la ciudad. Si entre las primeras alternativas se contempló la posibilidad de esconder o camuflar el volumen del edificio tras un pequeño bosque, en las siguientes, al tener que adelantar mucho el edificio en relación a la Ronda de Dalt, las opciones se centraron en utilizar la topografía o las pendientes del sitio como instrumento para definir la morfología del edificio.

En cuanto al programa del IMO, es el específico de una clínica oftalmológica, esencialmente articulado en plantas de quirófanos, consultas, áreas de administración o estudio y aparcamientos, y presenta la particularidad de que la mayor parte de su actividad se desarrolla sin luz natural (consultas, quirófanos). Por el contrario, la luz es muy necesaria en las áreas de espera, de descanso o de trabajo privado. El uso del edificio ha llevado a definir un recorrido con diferentes cubiertas y protecciones solares, organizando las partes del programa en función de las distintas necesidades de luz natural: desde las áreas exteriores a las salas de espera, de forma que la luz natural, intensa y excesiva en el exterior, se percibe reducida y confortable una vez se llega a las áreas de espera. 

El programa del centro contempla otros usos: aulas, laboratorios, una biblioteca y aparcamiento. Cuenta además con un salón de actos con capacidad para 350 personas, y otras salas menores, una para 50 personas y dos más para 20 personas cada una. Se accede al centro a través de una rampa exterior situada en la fachada principal, protegida del excesivo soleamiento por una serie de cubiertas que matizan la entrada de luz. Las cubiertas forman un todo con diferentes pliegues y con salientes que funcionan como una visera sobre la fachada, dando lugar a un umbráculo donde se desarrolla un espacio ajardinado.