La biblioteca de Gracia forma parte del plan de bibliotecas puesto en marcha por el Ayuntamiento de Barcelona para ampliar la red existente, creando nuevos centros de barrio que ofrezcan servicios de información, de cultura y de ocio, funcionando además como entidades dinámicas y dinamizadoras de su entorno. El edificio, recientemente inaugurado, se sitúa en el corazón del popular barrio barcelonés, en el cruce de la calle Torrent de l’Olla y la travesía de Gracia, sobre un pequeño solar cedido por Caixa Catalunya al consistorio. Este cruce es desde todos los puntos de vista, pero especialmente desde el circulatorio, una conexión de primer orden entre Gracia y la ciudad. La biblioteca adquiere por esta razón un papel representativo desproporcionado en relación al reducido tamaño del solar que ocupa, de ahí que se haya optado por otorgarle una presencia enérgica, la que corresponde a un solar de vocación doméstica cuyo destino se ha alterado y pasa a ser sede bibliotecaria.

Expresar este desajuste o más bien esta falta de coincidencia entre el continente y el contenido —entre un molde de arquitectura privada y un uso público—, ha llevado a introducir diversos grados de abombamiento en la fachada, como manera de expresar la importancia y excepcionalidad del uso cultural. Se trata de algo similar a lo que sucede cuando en una maleta se introduce más ropa de la que razonablemente cabe; el molde geométrico se deforma y el límite entra en carga.

La superficie de la biblioteca se reparte en cinco plantas más un sótano. En éste se sitúa una sala de estudio con capacidad para ochenta personas, que puede transformarse en salón de actos y que permanece abierta en horario nocturno durante determinados periodos, especialmente en época de exámenes. En la planta de acceso se encuentra el servicio de préstamo, la sala de lectura de prensa diaria y el punto de información juvenil y de asociaciones del distrito; la primera planta está destinada a biblioteca infantil; la segunda es de consulta general, con servicio de información, acceso a internet y área de música; y la planta tercera está igualmente destinada al uso general, mientras que en la cuarta se encuentran las oficinas de la propia biblioteca, las salas de reunión y el aula informática.

Como parte del ornamento exterior aparecen dibujadas sobre la fachada letras de distintos alfabetos, desde el latino y el griego hasta el egipcio, el hitita o el fenicio. El momento de la entrada se señala precisamente con un espacio a doble altura por el que parecen descender los signos, simulando una lluvia de conocimiento. Este gesto también vincula el contenedor con su contenido, ya que esta biblioteca de barrio contará con un fondo especializado en la cultura mediterránea...[+]