Obra de la firma liderada por el norteamericano Frank Barkow y la alemana Regine Leibinger, con oficinas en Berlín y Nueva York, esta escuela infantil para los hijos de los empleados de la compañía Trumpf, dedicada a la fabricación de maquinaria y tecnología médica, se sitúa en su campus de Ditzingen, a unos 15 kilómetros de Sttutgart.

El conjunto está compuesto por piezas prefabricadas de madera ensambladas después en el sitio, utilizando cola de milano y tornillos, sin pegamentos. El volumen de poca altura se integra en el entorno con una cubierta vegetal a dos aguas, cuya forma está inspirada en las de las granjas próximas. La profundidad de los voladizos en los cuatro frentes varía para proteger de la luz solar directa o la lluvia. Amplios tragaluces permiten la iluminación y la ventilación naturales de los ocho módulos que conforman la guardería, conectados por un pasillo y que presentan aperturas para enmarcar las vistas.