El simple hecho de situarse a la entrada de un barrio de nueva construcción en las afueras de la ciudad alemana de Reutlingen hace de este parvulario un especial hito arquitectónico, condición que queda patente tanto en su imagen diurna como nocturna.

El carácter dual del emplazamiento (una calle con tráfico a un lado; un jardín amplio y tranquilo al otro) tiene su reflejo en planta mediante una distribución a base de bandas funcionales: sobre la primera se abren los despachos y zonas de servicio, sobre la segunda lo hacen las aulas y zonas de recreo. Todo ello organizado en torno a un atrio central de forma rectangular, iluminado cenitalmente y del que se descuelga exenta la escalera que comunica ambos niveles. Este atrio responde no sólo a una voluntad de claridad funcional, sino también a una idea pedagógica que pretende alejarse del clásico modelo de pasillos y aulas, en la que es importante que alumnos de diferentes edades establezcan un contacto físico y visual. La condición centrípeta de este espacio cubierto que sirve a todas las aulas no hace sino facilitar esa comunicación.

Desde un punto de vista estrictamente constructivo, es al diseño de la fachada a lo que cabe prestar más atención. Como la planta, tiene también una lectura ambivalente. Hacia la ciudad, una doble piel de vidrio y madera cumple los propósitos de control bioclimático (la protección contra el agua por parte de las piezas de U-glass en la membrana exterior, la protección térmica por parte de los paneles de viruta orientada en la interior) mientras que le confiere una imagen a la vez abstracta y mutante (gracias al formato rasgado de los huecos y a las diferentes tonalidades del verde de la madera tras el vidrio); incluso la manera en que se accede al parvulario —tangencialmente a la calle y entre las dos pieles— entra dentro de esta lógica de capas superpuestas. Por otro lado, y hacia el jardín, quedan a la vista los paneles de madera laminada de la fachada interior, formando un sutil juego de policromías con el rojo que tiñe las carpinterías.

La estructura ha intentado mantener el siempre difícil equilibrio entre la calidad y calidez de los materiales y la necesaria economía de medios, a través de una construcción de elementos prefabricados de madera laminada; esta estructura, cuyas piezas habían sido enteramente conformadas en taller, se levantó en el breve plazo de cinco días…[+]