La creciente importancia concedida a la educación infantil se manifiesta en este caso por el hecho de que las autoridades locales desearan para el nuevo edificio, que consideraban relevante para su entorno, un aspecto contemporáneo, y le reservaran todo un pequeño parque urbano ocupado por instalaciones obsoletas. Esta parcela se encuentra en Fagerborg, un barrio en el centro de Oslo, en el que coexisten variadas tipologías residenciales de la primera mitad del siglo xx, que utilizan el ladrillo como material predominante. En este contexto plácido, arbolado y de edificios un tanto convencionales, el recién llegado constituye una nota discordante por sus formas facetadas y por el uso que hace del alerce como revestimiento exterior.

Protegida como si de un jardín privado se tratara, la parcela conserva los árboles existentes para preservar su carácter reservado y dedica una zona para los juegos infantiles. En su flanco norte un nuevo cobertizo con el mismo acabado que la guardería contribuye a delimitar el perímetro del conjunto. En estas edades es importante que los niños tengan un entorno estimulante, y así, se consideró que los ‘ciudadanos del mañana’ lo encontrarían en un volumen cuya cubierta compleja crea unos espacios interiores de altura variable, recubiertos con madera de pino sin tratar que contrasta con superficies de colores intensos. El programa comprende dos unidades destinadas a niños de entre uno y tres años, y otras dos unidades para niños de tres a seis años. Estos espacios ocupan la planta baja de la guardería, y pueden funcionar de manera independiente o unidos, pues están separados entre sí por amplios paneles correderos. En el centro de la misma planta se sitúa una cocina y un espacio común que son compartidos por todos los niños. Por su parte, para evitar los desplazamientos verticales de los alumnos la planta primera se destina por completo a los espacios de administración, que de este modo se aíslan de los ruidos de las aulas.

Dado que los edificios del entorno la perciben como una quinta fachada, la cubierta también utiliza el alerce como revestimiento para mantener la coherencia del conjunto. En el resto de fachadas, los huecos son de cuatro tipos para adaptarse a la escala de los niños y de los adultos. Se crea así una gran diversidad en el tratamiento de la luz en los espacios interiores. Por otro lado, el vidrio utilizado es especialmente aislante, algo necesario en estas latitudes y que se combina con otros elementos que promueven la sostenibilidad del edificio, como el uso extensivo de la madera, o la conexión al sistema de calefacción urbana del barrio. 


Cliente Client

Fagerborg Congregation

Arquitectos Architects

Reiulf Ramstad Arkitekter

Fotos Photos

Thomas Bjørnflaten