Inspirado en los monasterios de tipología mediterránea, este centro educativo destinado a alumnos de entre 3 y 18 años está organizado en torno a un patio interior. Estableciendo un diálogo entre la naturaleza y la arquitectura, se construye la primera fase del proyecto que contiene espacios exteriores e interiores diseñados para que la docencia se pueda desarrollar en cualquier lugar de la parcela.

Inicialmente se analizan las condiciones climáticas del lugar para plantear acciones vegetales y arquitectónicas, aprovechando las sombras de los árboles y los voladizos. Las aulas son pasantes, lo que favorece la circulación del embat (brisa marina) y el acceso de la iluminación natural.

Para la estructura y la carpintería se ha utilizado madera de pino radiata. El pavimento es de linóleum (aceite de lino y serrín), los paneles exteriores de cemento con virutas de madera aseguran la durabilidad. Los aleros de la cubierta y los voladizos están protegidos con chapa de zinc.

Cada elemento estructural se define según la carga a la que está sometido: por un lado, los pórticos de pilares y jácenas son los que transmiten la carga vertical a la cimentación; por otro, los forjados de madera contralaminada CLT transmiten la carga horizontal y generan el efecto diafragmático de la estructura; por último, los muros de CLT arriostran el edificio.