Este racimo de construcciones sobrias y populares fue en origen un leprosarium fundado por el duque de Borgoña en el siglo XII; después un pequeño hospital patrocinado por los reyes de Francia; desde el siglo XIX una granja agrícola; y ahora, gracias a una cuidadosa rehabilitación, un centro de visitantes y una sala de exposiciones propiedad del ayuntamiento de Meursault, donde se ubica.

La intervención ha consistido en un doble proceso. Por un lado, la consolidación de los muros del conjunto, que originalmente estuvo formado por tres piezas: la portería; la llamada ‘casa de los pobres’; y la capilla. Durante la primer parte del proceso se repararon los paramentos de piedra borgoñona, y en paralelo se realizaron excavaciones arqueológicas que aportaron más datos sobre la azarosa historia del edificio.

La segunda parte consistió en la ampliación del conjunto mediante un nuevo pabellón en forma de L que conecta las piezas preexistentes y que se integra en ellas a través de su volumen austero, casi esquemático, cuyas cubiertas inclinadas aluden a los tipos constructivos originales del edificio. Sin embargo, esta integración no recae en la simple copia del pasado: los materiales empleados permiten distinguir lo nuevo de lo viejo, sin romper la armonía geometría y visual del conjunto. Entre estos materiales resulta protagonista el zinc, colocado en paneles que dibujan un rayado sobrio a lo largo de la envolvente, y a los que se le ha dado un acabado rugoso y un sí no es basto, que apaga los reflejos metálicos para establecer de este modo un diálogo armonioso con los severos muros de piedra y las cubiertas de teja.