La ubicación del solar en la periferia de Pontedera —una localidad a orillas del Arno, a medio camino entre Florencia y Pisa— inspiró la forma rotunda con la que este bloque residencial conforma su entorno urbano. Separada del centro por un brazo fluvial, la nueva construcción recoge con un cuerpo curvo el eje que cruza la ciudad en dirección este-oeste, único elemento estructurador del barrio surgido donde la trama regular del centro se desmembra en racimos de edificaciones inconexas.
El volumen cruza este eje como una puerta hacia el paisaje, abriéndose en el centro con una estrecha hendidura que sólo deja adivinar el límite incierto entre el campo y la ciudad. Siguiendo la simetría impuesta desde su inserción urbana, las viviendas promovidas en régimen de cooperativa se reparten equitativamente a izquierda y derecha del paso que atraviesa el edificio. Seis núcleos de escaleras dan acceso a los 48 apartamentos de dos y tres dormitorios que se distribuyen a lo largo de los cuatro pisos levantados sobre el zócalo de garajes de la planta baja. El ancho de crujía elegido —tan sólo diez metros— permitió dotar a cada estancia de una importante superficie de fachada que se ha visto aumentada además con los dos balcones con los que cuenta cada apartamento. Tanto la orientación, como el distinto papel de las fachadas frente a la ciudad, han determinado la distribución de la planta, que deja una banda de servicios a lo largo de la cara este para reservar el frente opuesto —el que mira a la ciudad— a los dormitorios y salones.
Basada más en los grandes gestos que en la proliferación de detalles, la construcción apoya con un juego plástico de masas cerámicas esta arquitectura pensada para ser percibida desde la distancia. Una carcasa de pie y medio de ladrillo se ciñe a la traza curva del edificio, separada parcialmente de la envolvente térmica mediante terrazas y balcones en sus dos frentes. Un estricto orden vertical ordena ambos alzados, expresando con un ritmo distinto el papel urbano y funcional desempeñado por cada uno. Así, la fachada este se abre al campo con una sucesión alterna de pilastras y huecos de paso constante, mientras el frente que mira a la ciudad registra con juegos alternos de pilares, paños ciegos y bandas acristaladas la distribución de terrazas, escaleras y dormitorios. Una cubierta de chapa ondulada constituye el único vínculo entre las dos mitades en las que se divide la actuación, aportando con su alero la línea de sombra horizontal que remata este diafragma entre el campo y la ciudad... [+]
Cliente Client
Cooper 2000-Cet
Arquitectos Architects
Massimo Carmassi & Gabriella Carmassi
Colaboradores Collaborators
D. Mount, B.Watt, C. Evans
Consultores Consultants
Loriano Cecconi (estructura structure)
Contratistas Contractors
Construzioni Bianchi Sergio; Tommasini Construzioni Edili e Stradali
Fotos Photos
Mario Ciampi