El diseño del Colegio Reggio parte de la idea de que un adecuado entorno arquitectónico puede instigar en los niños el deseo por explorar y cuestionar la realidad que les rodea. Con esta intención, el proyecto funciona como un ecosistema complejo que hace posible que estudiantes de diferentes edades tomen decisiones sobre cómo quieren experimentar su vida cotidiana en el colegio. La arquitectura es de esta manera un actor fundamental, que busca empoderar a niños y adolescentes para manejarse ante cambios y oportunidades inesperados.

Huyendo de los largos pasillos, de la regularidad y de los estándares unificados, la arquitectura funciona aquí como un multiverso, en el que las diferentes realidades que conectan el colegio con territorios sociales, culturales y medioambientales extensos ganan legibilidad y pueden ser sentidas y experimentadas. Formalmente el proyecto está constituido como un ensamblaje de diferentes climas, situaciones y regulaciones. En su desarrollo vertical se apilan: una planta baja, en continuidad con el terreno, en la que se sitúan las aulas de los alumnos más pequeños; una segunda planta en la que los estudiantes de los niveles intermedios coexisten con los tanques de agua de lluvia y compostaje de los que depende la vida de un bosque interior que asciende a los pisos superiores bajo la cubierta de un invernadero. Las aulas de los estudiantes mayores se organizan alrededor de este bosque interior, como si se tratase de un pequeño pueblo, un prototipo de espacio público que instala al colegio en las tradiciones del escenario de la sociedad civil. Esta distribución vertical pretende promover un proceso de maduración paulatino, que se traduce en un gradiente de oportunidades para que los estudiantes exploren el ecosistema del colegio por sí mismos.

El área central del segundo piso, elevado cuatro metros sobre el nivel del terreno y situado bajo los depósitos de tierra en que crece el bosque interior, actúa como un espacio de encuentro. Un puente en rampa, que da continuidad al camino peatonal de acceso al recinto, conduce directamente a este nivel. Con más de ocho metros de altura libre y 460m² de planta, este espacio está pensado como un ágora cosmopolítica, en el que vegetación, agua, tierra y máquinas albergan un espacio polivalente, al mismo tiempo gimnasio, taller de arte, teatro, salón de bailes y asamblea.

Elementos tan cargados de contenido político como las instalaciones de agua, energía o residuos toman protagonismo, quedando integrados en el discurso espacial y en la estructura estética del edificio, y permitiendo que el proceso de aprendizaje se beneficie de la posibilidad de instalarlos en las discusiones de alumnos, profesores o familiares.


Arquitectos Architects
Andrés Jaque/Office for Political Innovation

Equipo Team
Roberto González García, Luis González Cabrera, Alberto Heras, Ismael Medina Manzano, Jesús Meseguer Cortés, Paola Pardo-Castillo, Rajvi Anandpara, Juan David Barreto, Inês Barros, Ludovica Battista, Shubhankar Bhajekar, Elise Durand, Drishti Gandhi, Maria Karagianni, Bansi Mehta, Alessandro Peja, Meeerati Rana, Mishti Shah, Saumil Shanghavi

Consultores Consultants
Iago González Quelle, Víctor García Rabadán/Qube Ingeniería de Estructuras (ingeniería de estructuras structural engineering); Juan Antonio Posadas/JG Ingenieros (ingeniería de servicios services engineering); Javier González Nieto, Javier Mach Cestero/Dirtec (arquitectos técnicos proyecto quantity survey project); Ángel David Moreno Casero, Carlos Peñalver Álvarez, Almudena Antón Vélez (arquitectos técnicos construcción quantity survey construction); Andrés Jaque, Roberto González García (dirección de obra project construction management); Ángel David Moreno Casero, Carlos Peñalver Álvarez, Almudena Antón Vélez (dirección de ejecución de obra work construction management); Álvaro Mingo, Jorge Basarrate/Mingo Basarrate (ecología ecology) 

Superficie construida Floor area
5.496m²

Fotos Photos
José Hevia