La actuación parte de una parcela en pendiente de 1.300 metros cuadrados en el valle de la Cala Vadella, un pintoresco puerto natural de la isla de Ibiza. Con una pendiente media del veinte por ciento y orientación noroeste, desde el terreno puede verse la puesta de sol sobre un paisaje poco construido que cuenta con una cobertura vegetal continua, hábitat de una estimable diversidad animal. El proyecto trata de preservar este ecosistema, para lo que se proponen una serie de mecanismos. En primer lugar, se han agrupado las instalaciones, equipos de filtrado y tratamiento de residuos en un vaso de hormigón, reduciendo así el riesgo de vertido accidental. Además, se ha elevado el resto de la edificación sobre pilares para mantener la permeabilidad y el régimen de escorrentías del suelo. Por último, se ha dispuesto lo edificado para conservar la totalidad de los árboles de la parcela, preservando el armado mecánico del sustrato y la continuidad del hábitat que forman las copas. Para ello se adaptaron las geometrías y se permitió que los árboles atravesaran las edificaciones.

Programáticamente, la casa propone modos alternativos de vida, generando un espacio polarizado por dos habitaciones prácticamente iguales y que puede adaptarse a diferentes usos. Las tres estancias se curvan para abrazar una gran terraza exterior y una piscina, mientras que las zonas técnicas —aseos, cocina— se adosan a la parte posterior del volumen. Bajo el cuerpo principal se ubica un dormitorio independiente y el vaso con las instalaciones y, al otro lado de la parcela, dos pabellones exentos. La pendiente de la parcela permite que cada una de las partes cuente con vistas lejanas del mar sin interferencias y facilita la división del jardín. El diseño de los pabellones replica en cada parte la estrategia general de equipamiento, de forma que cada unidad cuenta con una banda de instalaciones en la fachada posterior, una segunda banda de espacios acristalados hacia el noroeste, y una terraza suspendida sobre el sustrato natural.

Constructivamente, la propuesta emplea soluciones industriales genéricas: estructura reticular de perfiles de acero, chapa plegada en frío, carpinterías de aluminio con rotura de puente térmico estándar y claraboyas bivalvas, todo envuelto en su cara exterior por espuma de poliuretano proyectado y membrana impermeabilizante. No se puede construir con menos, ni con elementos más genéricos. La confianza depositada en el proceso constructivo permite que todos estos componentes queden vistos. En su expresividad inherente se delega la imagen de la construcción.