Colegio público, Alcázar de San Juan
Vicens & Ramos 

Colegio público, Alcázar de San Juan

Vicens & Ramos 


Levantando sobre un solar del centro histórico de la localidad, el colegio Jesús Ruiz constaba de dos pabellones exentos carentes de vínculos con el tejido urbano circundante. La necesidad de sustituir sus instalaciones por otras nuevas ha permitido reformular la relación de este equipamiento docente con su entorno construido: un mosaico fragmentado de viviendas que convive con edificios institucionales de mayor envergadura como el Ayuntamiento, el Centro Cívico y el Museo Municipal. 

Tras demoler por fases los pabellones para que las clases no se vieran interrumpidas por las obras, el nuevo edificio se adapta a los contornos quebrados del solar para tapar las medianeras de las fincas vecinas y proporcionar un límite construido que prolongue sin interrupciones las alineaciones del espacio urbano.

Sustituyendo dos pabellones exentos, la nueva escuela prolonga las alineaciones de la calle con una fachada cerrada, rasgada con pequeñas hendiduras para romper su linealidad e iluminar la rampa que oculta.

Con casi 3.000 metros cuadrados, la parcela se extiende entre dos calles paralelas y las medianeras del museo y las fincas vecinas. Para regularizar esta geometría quebrada, la edificación define dos patios independientes: uno para el juego de los más pequeños y otro de mayores dimensiones ocupado por una pista deportiva, en el que se sitúa además la entrada al recinto. Desde el porche principal, dos puertas segregan el acceso de los alumnos de primaria del destinado a los más pequeños.

 Agrupadas en un ala de una sola planta, las tres aulas de educación infantil cuentan con un amplio pasillo que sirve de zona de juego cuando llueve. En perpendicular a esta pieza, un cuerpo de dos alturas alberga en planta baja la biblioteca, el salón de actos y la administración, y en el piso superior las aulas de primaria, la de informática y otros espacios para pequeños grupos. Una rampa vincula ambos niveles en la fachada norte, separando las clases de la calle. El gimnasio flanquea el patio por el extremo opues-to al ala infantil, con un acceso independiente que permite su uso en días festivos.

Hacia los patios, las fachadas del colegio responden a la necesidad de captar y distribuir la luz homogéneamente. La estructura se cierra en su parte superior con perfiles en U de vidrio industrial que difunden la luz, y en la parte inferior con vidrio protegido por lamas. El blanco predominante da paso al color en la pista exterior y en la terraza de juegos habilitada sobre la cubierta de las aulas de preescolar. Hacia la calle, el edificio se presenta por el contrario con un frente cerrado, que concilia la escala menuda de las viviendas con las dimensiones de un equipamiento público como es la escuela mediante un paramento pétreo y continuo que se rasga con pequeñas hendiduras para romper su linearidad.

La edificación se adapta al contorno quebrado del solar para ocultar las medianeras. El gimnasio frente al ala infantil cuenta con un acceso independiente que permite su uso en días festivos.


Cliente Client

Consejería de Educación,

Junta de Castilla-La Mancha 

Arquitectos Architects

José Antonio Ramos, Ignacio Vicens

Colaboradores Collaborators 

Fernando Gil, Jesús Gómez-Ortuño, José Ángel Nieto, Prudencio Español; Ricardo Alberca (aparejador quantity surveyor)

Contratista Contractor

Gracia Castejón

Fotos Photos

Eugeni Pons