Centro parroquial, Collado-Villalba

Vicens & Ramos  María de los Ángeles Hernández 


En el contexto indiferenciado de una zona de reciente urbanización, casi enfrentado a la nueva estación de la localidad, este centro parroquial se levanta consciente de su papel como hito urbano. Incapaz de competir desde su masa con los bloques residenciales de seis alturas que lo circundan, el edificio opta por un lenguaje austero y una volumetría expresiva que identifican su función espiritual dentro del barrio.

El campanario y el coro se unifican en una gran pantalla para configurar el ámbito urbano al que se enfrentan, ocultando la nave y la residencia de sacerdotes ubicadas detrás en una sucesión de prismas decrecientes.

Así, las exiguas dimensiones de la parcela inspiraron una solución decididamente compacta, en la que tres cuerpos sucesivamente escalonados explicitan los espacios que albergan. Hacia la plaza, el prisma que unifica en un solo cuerpo el coro y el campanario adopta proporciones de pantalla para configurar el espacio urbano. Tras él, un cubo algo más bajo envuelve las dos estancias dedicadas al culto: la nave principal y una capilla anexa. Y por último, las viviendas de sacerdotes aparecen agrupadas en el paralelepípedo del alzado norte, preservando su intimidad mediante un patio que lo separa del templo. Frente a la direccionalidad jerarquizada de los espacios sacros tradicionales, la nave principal se ubica en un espacio adireccional de planta cuadrada que, con sus proporciones cúbicas, quiere dar respuesta a la dimensión comunitaria y colectiva de los nuevos planteamientos litúrgicos. Junto a su flanco oeste, la capilla anexa —claramente focalizada— se segrega del espacio principal mediante paneles correderos de cristal translúcido y permite celebrar homilías con un número menor de feligreses o ampliar el espacio principal en las grandes celebraciones.

Un lucernario lateral en el alzado este singulariza junto al altar el ámbito de la pila bautismal.

Una envolvente monumental de paños ciegos proporciona la introspección necesaria para el culto y subraya la condición icónica que el centro quiere asumir. En este continente opaco, la luz se introduce como elemento identificador de las distintas funciones. Unas pequeñas incisiones introducen destellos en la penumbra del coro, sin contradecir al exterior la bidimensionalidad superficial de la fachada principal. En la iglesia, las pantallas paralelas al altar proporcinan una luz homogénea que apoya la idea de un espacio de culto sin jerarquías. Tan sólo un lucernario lateral pone énfasis en la pila bautismal, mientras una apertura lineal expresa la tensión longitudinal de la capilla anexa. La proliferación de huecos en el alzado norte habla del programa doméstico que encierra: las viviendas sacerdotales agrupadas en torno a tres escaleras. Tal variedad espacial encuentra en el hormigón su vehículo de expresión; vistoen fachadas, paredes interioresy vigas pantalla, y pulido en el tapiz continuo del suelo.


Cliente Client
Arzobispado de Madrid

Arquitectos Architects
Ignacio Vicens, José Antonio Ramos, Mª de los Ángeles Hernández 

Colaboradores Collaborators 
Fernando Gil, Adam Bresnick, Agustín Toledano, Jesús Gómez; Alberto Arribas (aparejador quantity surveyor

Contratista Contractor
Lain

Fotos Photos
Eugeni Pons