Situado en el valle de Engadina, en los Alpes suizos, el edificio de apartamentos Chesa Futura (‘casa del futuro’ en romanche) fusiona la técnica más avanzada de diseño por ordenador con una tradición constructiva centenaria para crear un edificio respetuoso con el medio ambiente. Aunque su forma es innovadora, la casa está construida y revestida de madera, uno de los materiales más antiguos y sostenibles. En Suiza, construir con madera procedente de bosques cercanos es particularmente apropiado ya que continúa una técnica desarrollada y perfeccionada durante siglos. Las tejas de alerce tienen una durabilidad de cien años sin necesidad de mantenimiento y reaccionan de forma natural a la exposición ambiental, cambiando de color con el tiempo hacia un gris plateado. Además, es un recurso sostenible, ya que los árboles absorben dióxido de carbono durante su crecimiento y la tala controlada favorece la regeneración de los bosques.

El edificio está compuesto por tres alturas de apartamentos, situados en el volumen con forma de burbuja, y dos niveles subterráneos de aparcamiento y almacenaje. A pesar de su reducido tamaño, la parcela goza de una situación privilegiada en el límite de una colina escarpada con vistas sobre el municipio de St Moritz hacia el lago. Debido a este emplazamiento y a las condiciones climáticas del valle de Engadina, el edificio cuenta con amplios balcones en la zona sur para disfrutar de la luz y las vistas, mientras que en la fachada norte se abren huecos tan sólo de forma puntual mediante ventanas rehundidas que son típicas de la arquitectura local. En St Moritz, donde la nieve permanece sobre el terreno durante meses, es habitual elevar los edificios para evitar que la madera se degrade por la exposición prolongada a la humedad. Esta costumbre se reinterpreta aquí levantando el volumen principal sobre pilotis y permitiendo que el plano del suelo fluya ininterrumpidamente bajo el edificio. Esta estrategia permite, además, que las habitaciones del primer nivel disfruten de las vistas sobre la vegetación y las casas existentes.

En términos generales, el edificio de apartamentos Chesa Futura podría ser considerado como un manifiesto para la arquitectura, no sólo en el valle de Engadina sino también en otras partes del mundo. De forma contraria al modelo de dispersión que desfigura los límites de muchos núcleos urbanos, este proyecto muestra como una construcción nueva puede integrarse en la trama existente e incrementar su densidad, al mismo tiempo que utiliza técnicas constructivas pertenecientes a la tradición local y contribuye a la preservación del medio ambiente.