Situada en el barrio residencial Leedon Park en Singapur, esta casa combina las características domésticas de una vivienda familiar con los requerimientos de grandes espacios para el entretenimiento, equilibrando además las restricciones de la parcela con las necesidades de privacidad y transparencia. El tejido urbano en el que se inserta, formado por viviendas unifamiliares de baja altura en torno a la carretera, hace que el proyecto reciba más influencia de la simplicidad de un pabellón tailandés que del estilo local de la arquitectura que lo rodea. Las características extremas del clima tropical condicionan la intensidad de la vegetación del jardín, mientras que el profundo vuelo de la cubierta, que avanza varios metros sobre el plano de vidrio, ofrece protección del sol y la lluvia.

Emplazada en un terreno en pendiente, la casa comienza en un único nivel y profundiza hasta dos plantas conforme desciende la colina. Las diferentes estancias se organizan en el perímetro de la parcela, siguiendo una disposición en forma de U que abraza el jardín central. Las habitaciones para la familia y los invitados se sitúan en el ala norte y sur respectivamente. Por su parte, el tramo central está diseñado para acoger actividades sociales, tanto grandes eventos como reuniones íntimas. Dentro de este conjunto, el comedor se concibe como un pabellón de vidrio anexo que sobresale del perímetro rectangular y se introduce en el jardín.

Siguiendo la tradición oriental en el tratamiento del paisaje, las ventanas enmarcan vistas concretas del entorno, donde la posición de los árboles o las piedras ha sido cuidadosamente estudiada para crear una disposición armoniosa. Por su parte, la planta ha sido distribuida según los principios del feng shui para estimular los movimientos indirectos entre espacios, ralentizando simbólicamente el flujo de energía a lo largo de la casa.

El elemento unificador de la vivienda es el agua, que se introduce en el vestíbulo, a través de canales geométricos recortados en el suelo, y recorre las diferentes estancias hasta terminar en la piscina del jardín. La profundidad, el flujo y la iluminación de los surcos varía a lo largo de la casa caracterizando cada uno de los ambientes.

Las habitaciones han sido concebidas como una secuencia de experiencias táctiles, intensificadas por los matices de la iluminación. El carácter rústico de los muros de piedra se ha acentuado para contrastar con la tersura del pavimento pulido, mientras que en determinados lugares se han introducido segmentos de ónix o láminas de vidrio, enriqueciendo así la variedad material del conjunto.