Envuelto con lamas de ladrillo cerámico y celosías adaptadas a las diferentes situaciones del interior, este centro de día se sitúa dentro de una red de equipamientos sanitarios de proximidad, que permiten recibir tratamientos de larga duración sin tener que desplazarse a la capital. Organizado alrededor de dos patios, el volumen sinuoso presenta dos plantas con accesos diferenciados, según lo exige el programa: tratamientos de radioterapia en el nivel de la calle y de hemodiálisis en el nivel superior con acceso desde el jardín interior del hospital. La diferencia de cotas permite una planta intermedia que acoge las instalaciones, la cual desaparece para ofrecer una doble altura a espacios como la sala de espera principal. El edificio se retrasa para ampliar un poco la acera y construye con su geometría una pequeña plaza y el acceso principal.