Plano de situación

El programa de este edificio aúna la especificidad de uso con la complejidad de funcionamiento. No se trata tanto de un centro destinado a competiciones —aunque está equipado con una sala para 4.000 espectadores— como de una institución académica destinada a albergar la práctica y la enseñanza de este deporte (sala de entrenamiento, pista, aulas, servicios, restaurante, terrazas), utilizado por un reducido grupo de deportistas y entrenadores.

Secciones longitudinales y transversales 

El proyecto se ha elaborado buscando que todas las partes que lo componen tengan idéntico protagonismo. El edificio se deforma, alzándose y ocupando el máximo espacio que consiente el emplazamiento, y trata de confundirse con el entorno periférico en el que está situado.

Tal vez la mejor forma de comprender físicamente el proyecto sería interpretarlo como una modificación topográfica de las últimas curvas de nivel de la colina posterior, que se transforman, a través del vacío de las salas de competición y de entrenamiento, en los elementos más públicos del edificio: el pórtico y el vestíbulo de acceso. Para conseguir esto, las curvas de nivel se convierten en diferentes rampas que relacionan las dos salas separadas de competición y entrenamiento. El edificio cobra forma cada vez que es utilizado: los recorridos del público coinciden con el perímetro de las salas y generan una serie de trayectorias variables.

Para entender cómo se conjuga todo esto hay que prestar atención a las direcciones principales de la estructura de la cubierta. Las variaciones de los recorridos antes descritos se unifican bajo las directrices principales de esta estructura: tres cerchas cubren el edificio longitudinalmente, sin otorgar especial protagonismo a las partes que lo componen. Las cerchas modifican su perfil superior según las diferentes luces que deben cubrir, de forma que la silueta exterior viene a ser equivalente a la trayectoria interna del público que se mueve por los diversos espacios. La relación con el perfil de las montañas y la ciudad se extiende, pues, al movimiento del público por el interior.

La actividad, las aglomeraciones, la diversidad y complejidad de usos son aspectos fundamentales en la lectura del edificio. A todo esto, responden las diversas trayectorias que, siempre guiadas por una finalidad concreta, van excavando y delimitando el interior de una manera precisa, procurando que la superficie de contacto con la calle sea lo menor posible. Así, el edificio, al desarrollarse a diversos niveles, forma una serie de proyecciones al exterior, que constituyen su aportación más directa a la configuración de esta porción de ciudad.

Planta a nivel 0.00

Planta a nivel 3.00

Planta a nivel 9.00

Planta de cubiertas