El nuevo Centro Internacional de Fotografía Toni Catany es el resultado de un concurso celebrado en 2018 para el diseño de un espacio museístico destinado a exhibir la obra del fotógrafo mallorquín Toni Catany. Nacido en Llucmajor en 1942, donde vivió hasta su fallecimiento en 2013, el artista reunió un fondo de imágenes —90.000 negativos y unas 4.000 copias en papel— como aportación a la fundación que lleva su nombre, cuya materialización fue el gran proyecto al que dedicó los últimos años de su vida, y que fue fundada finalmente en 2014 en la localidad mallorquina, con el objetivo, no sólo de conservar y exhibir su obra, sino de convertir Llucmajor en un polo de referencia en la difusión de esta disciplina artística.

En el centro histórico del municipio, en el interior de la isla y muy próximo a Palma, el proyecto ha consistido en la integración de dos antiguas edificaciones —la casa natal del propio Catany y la construcción contigua, vivienda del también fotógrafo Tomàs Montserrat, cuya obra fue recuperada y preservada por Catany— y en la definición, en el conjunto, de un nuevo espacio museográfico.

Todos los espacios que conforman el centro están articulados en torno a un amplio patio central, que acoge a los visitantes y distribuye los diferentes usos del programa. Las zonas expositivas, destinadas a exhibir la obra de Catany y otras muestras de carácter temporal, se organizan entre las plantas sótano, baja y primera. Sobre el patio central se dispone la biblioteca, a modo de puente que sirve de conexión entre las dos partes del edificio. Junto a ella se encuentran los archivos, con una zona oscura que permite mantener las condiciones óptimas para la conservación del material fotográfico. La planta superior está destinada a la dirección y áreas administrativas.

Sin olvidar que el objetivo principal es construir un centro museográfico contemporáneo, donde las obras expuestas deben tener su adecuada presencia, el proyecto explora un tipo de intervención en el que la rehabilitación cuidadosa de elementos existentes, manteniendo su carácter histórico, se hace compatible con la creación de un espacio nuevo, abierto y flexible. Lo antiguo está presente en las fachadas, en los fragmentos reconstruidos de la estructura original, respetuosamente restaurados como si fueran las piezas de un yacimiento arqueológico; al mismo tiempo, algunos elementos revelan el carácter contemporáneo del interior, como una celosía de bloques de piedra de marés local, que domina la mayoría de las construcciones de la isla, y que está presente también en los muros del patio.

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