En el corazón de la sierra norte madrileña, la localidad de Colmenar Viejo vivió en el siglo XVIII un periodo de apogeo que aún se puede leer en los restos construidos que salpican su casco histórico. Con el objeto de conservar este patrimonio, por sí mismo difícil de mantener, la Comunidad de Madrid está promoviendo actuaciones en ciertos edificios en ruinas para instalar los equipamientos y dotaciones que el pueblo necesita.

El museo del vino ha sido habilitado en la bodega de la Casa del Maestro Almeida; tras consolidar los muros existentes, el espacio se ha cerrado con una cubierta de vigas de madera laminada sobre pilares de acero cortén.

La sala polivalente se separa de los muros del antiguo pósito para formar un pequeño patio de acceso; dos cubiertas metálicas a distinta altura se elevan sobre el cerramiento de piedra para iluminar el interior.

Uno de estos ejemplos es la que se conoce como Casa del Maestro Almeida, junto a la plaza del mismo nombre y sede desde su fundación en 1722 del colegio de latín y humanidades, en el que se impartían enseñanzas previas a los estudios superiores. Como anejo a la casa principal, una bodega donde se prensaba la uva y se guardaba el vino ha sido ahora transformada en un pequeño museo que explica la producción tradicional de los caldos. Conservando y consolidando los muros existentes, se ha dotado a la construcción de una nueva cubierta sobre pilares metálicos. Estas piezas de acero cortén sustentan la viguería de madera laminada de pino sobre la que descansan los paneles de contrachapado que forman el trasdós interior de la cubierta. Una chapa de zinc con acabado gris plomizo forma la protección exterior de este plano inclinado que se separa de los muros perimetrales con sendas franjas de vidrio industrial para iluminar el interior. El pequeño patio de acceso se ha acondicionado con losas de hormigón simplemente apoyadas en el suelo, que permitirán un acondicionamiento integral del jardín cuando se acometa la restauración total de la vivienda principal.

Con la misma actitud ha sido abordada la restauración del antiguo pósito —un almacén de grano que suplía a los vecinos en tiempos de mala cosecha o carencia— que se encuentra situado en las inmediaciones de la iglesia de la localidad. Carente de cubierta y con gruesos muros perimetrales de piedra en estado semirruinoso, los restos del edificio se han tomado como punto de partida para la instalación de una sala polivalente. Sin intentar reproducir el volumen del pósito, el edificio propuesto se separa del perímetro para dejar un pequeño patio de acceso. Con los muros actuando ahora como tapias, unas cubiertas metálicas a distinto nivel se elevan sobre el cerramiento de piedra para introducir la luz, doblándose lateralmente para formar los paramentos verticales de la sala multiusos. Al interior, un escueto graderío —realizado en hormigón— esconde los aseos y el almacén donde se guardan las si llas utilizadas en actos que requieren mayor aforo..