La propuesta, ubicada en un solar en pendiente frente a la costa Atlántica, parte de la voluntad de construir dos edificaciones gemelas ajustadas a las dimensiones de la parcela, evitando volumetrías demasiado prominentes y aprovechando las óptimas condiciones de orientación, topografía y vegetación natural existentes en el terreno.

El acceso a la parcela se produce a través del garaje: una construcción compartida por las dos casas, constituida por un pórtico de hormigón que enmarca las vistas y que ofrece un primer momento de sombra. Desde ahí se ha previsto un posible tránsito rodado de emergencia hasta la casa, y un paseo peatonal de rutina diaria. Las viviendas se resuelven en un sencillo volumen escalonado, apoyado sobre una plataforma que mira al mar. La plataforma es una estrecha pieza longitudinal que cuenta con un programa y acceso independientes, mientras que en la planta superior es donde se desarrolla la vida familiar. El acceso a esta planta se produce a través de un pequeño patio, que ofrece luz y ventilación a varios espacios de servicio, y que conecta con la gran sala de estar de la casa: una habitación volcada al mar, desde la que se accede al resto de estancias de la vivienda. La fachada de este ámbito es totalmente acristalada y puede deslizarse dentro de los muros perimetrales, haciendo del interior un exterior protegido que se prolonga en una generosa terraza enmarcada por una pérgola de aluminio y abierta al mar y al horizonte. Para evitar el exceso de soleamiento a ciertas horas del día, la fachada cuenta con una pantalla perforada de aluminio, también deslizante. A ambos lados del salón se sitúan los dormitorios y la cocina, separados entre sí por un pequeño patio en sombra, íntimo y protegido del levante; su frente puede abrirse gracias a una pantalla metálica con perforaciones circulares, similar a la que protege la sala de estar. De esta forma toda la casa puede, en función del deseo de sus habitantes, abrirse por completo al paisaje, o protegerse eficazmente de las horas más tórridas del día.

Las casas han sido realizadas con materiales diversos en función de su posición en la obra: hormigón blanco in situ, encofrado con tablillas de madera, para los muros; suelo de terrazo continuo y color oscuro en los interiores; piedra caramiel en los pavimentos y las escaleras exteriores; chapa y fundición de aluminio en las pantallas de protección de huecos y ventanas; y madera para las lamas de cerramiento y los marcos de las carpinterías. Los óculos de perfil abocinado que puntúan las fachadas de hormigón también han sido realizados con piezas de fundición de aluminio.