Auditorio, Ciudad de León
Mansilla + Tuñón 

Auditorio, Ciudad de León

Mansilla + Tuñón 


El conjunto formado por el parador de San Marcos y el puente del siglo XVI del mismo nombre constituye la principal referencia de la parcela elegida para levantar el nuevo auditorio de León, un solar de bordes difíciles cuya construcción permitió consolidar un tejido urbano inconexo. Evitando irrumpir con un gran volumen en el horizonte de la ciudad histórica, el edificio se desmembra para responder a las distintas condiciones de contorno en tres cuerpos cuyas escalas responden a planos sucesivos de aproximación. El nuevo auditorio adelanta así su frente como un eco de la iglesia de fachada plateresca de San Marcos, cerrando la perspectiva en escorzo de la hospedería que se percibe al cruzar el cercano río Bernesga.

El complejo programa que acoge el edificio se divide en dos volúmenes conectados en planta baja por un cuerpo auxiliar destinado a administración. En el punto de confluencia de las tres piezas se ubica una marquesina que protege el umbral de acceso. El edificio de la sala de exposiciones se levanta como un prisma estrecho: una fachada que se orienta a la ciudad, conformando un retablo de ventanas de tamaños dispares que responde tanto a las manzanas residenciales del vecindario como a su condición de edificio público. Apostado tras este muro grueso, el volumen del auditorio se recorta en un perfil que registra sucesivamente el lucernario del vestíbulo, el patio de butacas, la caja en la que se repliegan los paneles para reducir el aforo de la sala y la torre de tramoyas. El cuerpo que alberga las oficinas en la planta sobre rasante actúa de transición entre ambos volúmenes formando el umbral de acceso al auditorio, que tiene lugar a la cota de la calle. Los vestuarios y camerinos de músicos y actores se sitúan en el sótano, iluminados a través del patio al que también se abre la cafetería.

Para responder tanto al perímetro poligonal del solar como a su ubicación en un tejido urbano con distintas urdimbres, el edificio se desmembra en tres cuerpos: el auditorio, las salas de exposiciones y un anejo de oficinas.

En el interior, la sala se configura como un espacio rectangular con butacas a ambos lados del escenario para permitir que el público participe en el espectáculo de ver y ser visto. Como una caja de música, el auditorio se caracteriza materialmente por la continuidad de sus paramentos. Revestidos con listones de madera de wengé negra, sus paredes y techos forman bandas continuas cuya distinta anchura responde a las longitudes de onda que se pretenden reflejar. Resguardando este interior oscuro y cálido, el exterior se presenta a la ciudad como una pieza nítida y hermética, revestida de travertino romano cortado a contraveta y cuyo amplio despiece la aproxima a otros edificios del entorno. La fachada de la sala de exposiciones, en cambio, ha sido realizada con hormigón blanco in situ.

Con un muro profundo de hormigón blanco, el cuerpo que alberga las salas de exposiciones establece un diálogo con la iglesia de San Marcos mediante los huecos de distinto tamaño que iluminan su interior.

Igualando la cota de la calle, el vestíbulo de acceso a la sala se ilumina a través del lucernario del testero y de la fachada de lamas que da al patio de la cafetería, situada en el nivel inferior, junto a los camerinos y vestuarios.


Cliente Client

Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de León

Arquitectos Architects

Luis M. Mansilla, Emilio Tuñón

Colaboradores Collaborators

Andrés Regueiro, Fernando García-Pino, María Linares, Matilde Peralta; Santiago Hernán, Juan C. Corona (aparejadores quantity surveyors)

Consultores Consultants

J.G. Ingenieros (instalaciones mechanical engineering); Alfonso Gómez Gaite (estructuras structural engineering); Higini Arau (acústica acoustics); C&G Carandini (iluminación lighting)

Contratista Contractor

Auditorio UTE (FCC/CRS)

Fotos Photos

Luis Asín; Roland Halbe