Casa Asencio, Chiclana de la Frontera
Alberto Campo Baeza 

Casa Asencio, Chiclana de la Frontera

Alberto Campo Baeza 


Los campos de golf abiertos durante los últimos años en la provincia de Cádiz han impulsado la construcción de un gran número de chalets, viviendas adosadas y bloques de apartamentos que únicamente se habitan durante el periodo vacacional, dando lugar a un paisaje de poblaciones vacías durante el resto del año. En una de estas urbanizaciones, pero con una vocación bien distinta —la de servir de residencia permanente a una familia de seis miembros— la casa Asencio se levanta en los terrenos adyacentes al campo de golf Sancti Petri en Chiclana de la Frontera, buscando desde la ordenación de la parcela la continuidad con este oasis vegetal próximo a la costa. Cercada por tapias blancas hacia la calle y las parcelas vecinas pero sin límites visibles en su linde suroeste, la casa se posa blanca y abstracta sobre el plano de césped que parece prolongar en el jardín la vegetación de las instalaciones deportivas.

Buscando las vistas del mar —tan sólo posibles al elevarse por encima de las copas de los árboles—las estancias se agrupan en un volumen cúbico de 12 x 12 metros, que se extiende en planta baja en una serie de patios laterales de servicio y en el gran porche del salón que enmarca con sombra la vista panorámica del campo de golf. De planta cuadrada, la casa se divide en cuatro partes iguales correspondientes a otras tantas áreas funcionales. Los dos cuadrantes hacia la calle agrupan la escalera, los dormitorios y los servicios en dos niveles, mientras la otra mitad de la casa alberga los espacios comunes. En esta última crujía, el salón en planta baja y la biblioteca situada en planta alta sobre el comedor son dos ámbitos de doble altura que se comunican entre sí a través de la altura común. La tensión diagonal resultante de esta articulación espacial se subraya con el recorrido de la luz del sur, que cruza ambas estancias incidiendo desde el lucernario abierto sobre la biblioteca. Completando esta operación, la casa se abre al paisaje con un número limitado pero preciso de huecos. La ventana cuadrada de la biblioteca enmarca un pedazo del pinar que rodea el campo de golf, y desde el vano que perfora la tapia de la azotea se llega a divisar el mar.

Haciendo uso de los materiales tradicionales de la zona, la casa se integra en el lugar como si siempre hubiese estado allí. Su volumetría cúbica se define a partir de una envolvente de muros enfoscados en blanco, como las tapias que limitan las parcelas, y los interiores se pavimentan con piedra caliza de Cabra, al igual que la plataforma exterior en la que se ha excavado la piscina y que parece flotar sobre la alfombra de césped que es el jardín...[+]


Cliente Client
Familia Asencio

Arquitecto Architect 
Alberto Campo Baeza 

Colaboradores Collaborators 
Ignacio Aguirre, Miguel Vela 

Contratista Contractor 
Francisco Jiménez Getyssa (ventanas windows

Fotos Photos
Hisao Suzuki