En el seno de una zona montañosa al este de Quito, una plataforma de hormigón se amolda al desnivel del terreno para funcionar como cimentación superficial a la vez que incorpora el arbolado al proyecto. Se trata de una arquitectura diluida en el paisaje natural donde el cerramiento se entiende como extensión de la vegetación. La vivienda se desarrolla en una planta principal coronada por un pequeño mirador abierto desprovisto de todo elemento secundario para reforzar la premisa de lograr una construcción económica, sencilla y clara.

Sobre el plano horizontal escalonado se despliega una composición basada en un sistema constructivo que demuestra las posibilidades ofrecidas por una sola pieza prefabricada de hormigón que colocada en cuatro posiciones configura la estructura, el cerramiento, las escaleras e incluso el mobiliario. Las unidades prefabricadas se fijan a las plataformas de hormigón mediante varillas de acero que se anclan con pegamento epoxi para generar un soporte de pequeñas columnas y dinteles. Los resquicios que aparecen entre las piezas se cubren con acrílico, diseñados como filtro de la vegetación y la luz; en ocasiones se cierran con tablas de madera convirtiéndose en elementos tan diversos como estanterías, asientos, mesas o escalones... [+]


Cliente Client

Desireé Marín

Arquitectos Architects

José María Sáez Vaquero, David Patricio Barragán Andrade

Colaboradores Collaborators

Alejandra Andrade

Consultores Consultants

Héctor Sánchez (prefabricados prefabricated); César Izurieta (estructura structure)

Contratista Contractor

Jaime Quinga

Fotos Photos

Jose María Sáez, Raed Gindeya