Al noroeste de Irlanda, a orillas del río Bonet, se sitúa la población de Dromahair. En medio del verde entorno que rodea esta pequeña localidad conocida por los restos arquitectónicos de su pasado celta, se emplaza la nueva residencia. Un prisma irregular posado sobre el campo que no pretende alterar el lugar, sino que desea que sea éste el que con sus variaciones estacionales modifique sus estancias.
Una grieta en el terreno muestra la entrada a la casa. Como si el acceso se realizara a través de las entrañas del paisaje, en ese nivel enterrado y protegido, se ubica la planta baja pensada para trabajar, dormir y asearse; en ella se sitúan dos dormitorios, un baño y un vestidor. Una escalera de caracol comunica con la planta superior, donde la casa se abre al horizonte por medio de una cristalera de suelo a techo, en la que los vidrios se alternan con una estructura rítmica perimetral que actúa como filtro del entorno, haciendo que éste penetre al interior como si fuera una obra de arte en la que paneles blancos se alternan con bandas de paisaje. En este nivel se ubica una única estancia flexible, un lugar privilegiado para pensar, vivir e incluso para hacer fiestas.
El perímetro irregular, las paredes inclinadas hacia afuera de modo que no reflejen el cielo sino la naturaleza, la cubierta vegetal, el revestimiento de espejo intercalado con vidrios reflectantes, y el hecho de que el paisaje pueda ser visto a través de él, contribuyen a la creación de un volumen que desaparece entre los reflejos del césped y de los arbustos. Sólo por la noche la casa se delata, convirtiéndose en una brillante linterna.
El proyecto nace con la filosofía de que la construcción de una casa no debe ser una acción para uno mismo sino para la sociedad, en la que se deben tener en cuenta los recursos del lugar, de modo que se elijan las opciones más económicas que éste ofrezca, convirtiendo el posterior mantenimiento en una tarea sencilla para sus ocupantes. Así, se opta por que los distintos oficios sean realizados por trabajadores locales; también se utilizan materiales reciclados, como los neumáticos que sirven para la contención de tierras, el drenaje de la cubierta vegetal fabricado con viejas zapatillas de deporte recicladas o los peldaños de la escalera, realizados con traviesas de tren. La casa se construye en planta baja con hormigón in situ mientras que la estructura del piso superior está formada por un entramado de vigas y soportes de madera de 225 x 225 milímetros, apoyados sobre una viga perimetral de acero... [+]
Obra
Casa mimética, Dromahair, Irlanda.
Clientes
Grace Weir, Jo Walzer.
Arquitecto
Dominic Stevens
Colaborador
Brian Ward. Consultor John Casey/O’Rourke Engineers (estructura)
Fotos
Ros Kavanagh.