El encargo consistía en una pequeña casa para compartir con la familia y amigos. La clienta, profundamente comprometida con el entorno natural, planteó como prioridad la preservación de los árboles existentes en el frondoso bosque donde se ubica el edificio, en la región de Victoria, al sur del país —a unos 150km de Melbourne—.

En un terreno densamente arbolado, al inicio de un barranco que recoge escorrentías, la propuesta fue insertar la casa entre los árboles, alejada del agua, y elevada sobre cuatro pilotis inspirados en los troncos de los árboles. Debido a la fuerte radiación solar y el alto riesgo de incendios forestales en la zona, todos los materiales debían ser ignífugos. Así, se optó por envolver el volumen en una piel de lamas de acero que, como el follaje en un bosque, permiten la circulación del aire y al mismo tiempo proyectan sombra sobre la fachada, eliminando la necesidad de aire acondicionado.

En el interior, revestido en madera ignífuga, tres tabiques distribuyen los austeros espacios de que consta el programa: dormitorio, baño, y un salón con comedor y cocina integrados. La elevación de la casa permite el acceso de coches al garaje situado debajo, en un módulo auxiliar que alberga también lavandería y una cocina oculta que se abre al exterior... [+]