Ubicada en una zona rural en el interior del estado de Victoria, al sur del país y no muy lejos de Melbourne, esta vivienda de reducidas dimensiones surge tras varias propuestas descartadas por un coste demasiado elevado, por ello adapta las habituales estructuras industriales para satisfacer los requerimientos de un refugio mínimo: un lugar desde el que disfrutar de las actividades al aire libre y una cubierta para protegerse tanto del sol como de la lluvia. Bajo el condicionante de un presupuesto ajustado, e influenciado por las arquitecturas tempranas de Riken Yamamoto, el proyecto se resuelve con operaciones sencillas. De este modo, la casa se asienta en las rocas gracias a un zócalo continuo de hormigón, organiza el programa doméstico con dos únicos volúmenes —uno para cocinar y otro para dormir— y utiliza rejillas de pasarelas fabriles para unificar todo bajo una misma cubierta de celosía. La liviandad de los límites y la dispersión de los espacios habituales en las casas del arquitecto japonés se reflejan aquí en los dos pequeños ‘cobertizos’, que se sitúan en uno de los extremos de la plataforma para poner en valor el espacio de transición entre exterior e interior, y que se construyen con cerramientos de distintos grados de opacidad desdibujando así las fronteras con el paisaje circundante…[+]