Casa de secano, Fuente Álamo
Adhoc msl 

Casa de secano, Fuente Álamo

Adhoc msl 


La gran llanura de secano del Campo de Cartagena se ha ido transformando, poco a poco, en un inmenso regadío. El paisaje tradicional que rodea el entorno de la casa, una planicie cubierta por una capa de cal de escaso espesor, mostraba ya signos de cambio en los primeros momentos del encargo: una máquina con un gran pincho picoteaba sistemáticamente la capa destrozándola, para depositar los fragmentos resultantes en pequeños montones distribuidos por el terreno.

El diseño de una vivienda para una familia numerosa —diez hijos e invitados frecuentes— se ha hecho, en este paraje, limitando las herramientas a las específicas de la arquitectura vernácula, con la intención de encontrar en ella un punto de encuentro con la mentalidad conservadora de sus inquilinos. Para ello se llevó a cabo una investigación de las construcciones en la zona, que puso de manifiesto un tipo omnipresente: crujía única de gran longitud, orientación norte-sur, una sola planta y ubicación de los anejos en torno a patios cerrados.

La conjunción de estas premisas ha originado una vivienda de desarrollo lineal, formada por dos pastillas paralelas —una sola en origen— desplazadas una respecto a otra. Un pasillo recorre la casa de este a oeste, dando paso a los dormitorios para los hijos en la crujía sur, además de un almacén y de un estar para ellos, y a las estancias de cocina, comedor, salón y habitación de los padres, en la crujía norte. El desplazamiento de ambas crujías libera dos zonas semi-exteriores de las que la vivienda también se apropia: el espacio de entrada hacia el sur y un patio, al que se abren cocina y corredor, en la zona más fresca.

Una sencilla estructura de pórticos de hormigón armado se repite con un módulo de cuatro metros a lo largo de las dos pastillas. El paramento exterior se incorpora, en el trasdós de la fábrica de ladrillo, las piedras calcáreas que yacen amontonadas en el entorno. Las dimensiones de los huecos difieren según el espacio al que sirven, y se protegen del exterior —por razones de seguridad y aislando las estancias del intenso sol mediterráneo— con elementos de chapa perforada. El recercado de mortero, habitual en la zona, se ha sobredimensionado de manera que discurre pintado de blanco por las cuatros fachadas. Frente a la entrada abandona la superficie de los muros dando lugar a un falso porche de acogida, mientras que en los huecos su anchura vincula el forjado con la solera en un juego de líneas que, contrastando con los irregulares paños de piedra, teje un cuadro de texturas y colores... [+]


Cliente Client

Julio Fernández Romero 

Arquitectos Architects

Juan Antonio Sánchez Morales, Carlos Jurado Fernández 

Fotos Photos

David Frutos