Asentado sobre las elevaciones del noroeste de Murcia, el municipio de Cehegín se esculpe con la topografía pixelada que forman sus iglesias y sus ruinas romanas al emerger entre una oleada de cubiertas a dos aguas revestidas de teja cerámica. Sobre este singular perfil urbano despunta ahora el nuevo volumen de geometría facetada y cinceladas oblicuas de la vivienda que Lude, su propietario, ha levantado sobre la vieja casa familiar.

Partiendo de la premisa de agotar la edificabilidad permitida, pero con un presupuesto reducido, la envolvente del nuevo ático no continúa la directriz de los viejos muros de carga, sino que los rebasa mediante una losa de transición en voladizo sobre la que se apoya una estructura metálica ligera; una solución constructiva que ha hecho posible que la fachada de la ampliación vuele sobre la rasante inferior y que, por tanto, pueda ganarse superficie útil de vivienda.

Desde el punto de vista formal, la casa se configura como un bucle tridimensional que, plegándose sobre sí mismo, va fluyendo, siempre hacia arriba. El tránsito se inicia en las escaleras de acceso, continúa por el espacio de estar, pasa por el dormitorio ubicado en una entreplanta, y desemboca en la cubierta. Allí, el mismo baile espiral da pie a una pequeña escalinata que culmina en un gran podio blanco con vistas privilegiadas sobre el entorno.