Esta vivienda emerge en una parcela más profunda que ancha con la premisa de diferenciar el espacio de trabajo del ámbito doméstico. Los vacíos concatenados en sección articulan los distintos grados de privacidad solicitados, con espacios de extensión para las habitaciones interiores y estancias orientadas hacia los patios, garantizando la protección contra el ruido de la calle, ventilaciones cruzadas y la iluminación natural.

Con 194 metros cuadrados, la casa adquiere así una doble lectura, entre lo público y lo privado. Un primer espacio ofrece una entrada paulatina que al culminar en un primer patio a contraluz alcanza una galería longitudinal abierta. Desde aquí se llega a la escalera de un tramo en torno a la que pivota la casa, la cual permite el ingreso diferenciado a la vivienda o a los espacios de trabajo a través de la secuencia calle-zaguán-patio-galería. Desde el otro extremo de la galería, en torno al patio principal, se accede a la vivienda situada en la primera planta, separando el ámbito de noche resguardado por el patio más privado. Una pérgola cubre el vacío central escalonado generado por la existencia de la medianera del edificio colindante de cuatro plantas. La prolongación de la estructura de vigas interiores a través del ritmo que infiere la pérgola refuerza la presencia del patio en el corazón de la casa.