Casa de la Cultura, Le Havre
Oscar Niemeyer 

Casa de la Cultura, Le Havre

Oscar Niemeyer 


Bautizado oficialmente como Espace Oscar Niemeyer, este centro cultural en Le Havre, ciudad francesa de Normandía, fue construido por el ayuntamiento. El edificio ocupa una manzana cuadrada, de unos 120 metros de lado, dentro del plan concebido por Auguste Perret durante la posguerra, pues la ciudad fue parcialmente destruida en el conflicto. La parcela en la que se ubica el centro cultural es privilegiada, pues tiene una de sus caras frente al canal de la ciudad.

En el programa inicial había un teatro con una concepción innovadora, propuesto por el entonces ministro de cultura en la época, Jack Lang. «Cuando estudié este proyecto mi principal preocupación era integrarlo correctamente en la arquitectura de la ciudad», recuerda Niemeyer. La solución del arquitecto fue dividir los espacios en dos volúmenes principales. En el menor, con forma de cono cortado, de base simétrica y pequeñas aberturas, hay una sala polivalente que tiene de trescientas a seiscientas plazas. En este volumen, que ocupa el cuadrante noroeste, están las áreas destinadas a las compañías teatrales, los talleres, las salas de grabación, el auditorio y la sala de reuniones. El otro volumen, más alto, sin ninguna abertura visible y de composición asimétrica, está dedicado al teatro propiamente dicho, con una platea de 1.150 asientos. Este volumen está al sudeste de la manzana. El proyecto preveía la construcción de un escenario móvil, que no fue realizado. En este volumen hay un cine y un gran foyer. Tales formas le rindieron al conjunto el apodo, dado por los habitantes de la ciudad, de ‘volcán’. Los volúmenes blancos de la obra contrastan con la sobriedad de las manzanas de Perret.

Los dos volúmenes principales están conectados por una explanada semienterrada tres metros respecto a las vías públicas. Con esto Niemeyer creó otra plaza bajo el nivel de la calle: «protegida del frío y de los vientos dominantes, un gran salón descubierto, creando en los edificios superficies curvas, suaves, ciegas, casi abstractas». La plaza está circundada por una marquesina con restaurantes, cafeterías y tiendas, y en el subsuelo hay un pequeño aparcamiento. Las dos cotas están interconectadas por dos rampas: la primera, generosa y ancha, ocupa una de los extremos de la manzana y la otra, escultórica, realza el otro extremo. «De los proyectos que realicé en el exterior, la Casa de la Cultura en Le Havre es seguramente el que representa el contenido social dominante», escribió Niemeyer. El crítico italiano Bruno Zevi dijo, durante el Congreso de El Cairo, que el edificio está entre las diez mejores obras de la arquitectura contemporánea... [+]