Relacionada con su entorno a través de una plataforma unificadora, la casa de verano se asienta en la zona más alejada del archipiélago de la capital sueca, creando distintas lecturas de la relación entre el espacio y la naturaleza. La residencia se desarrolla en una sola planta trapezoidal que genera recorridos diagonales. La distribución de las piezas combina la situación trasera de las habitaciones más pequeñas, y las salas más sociales que destacan sobre la plataforma con sus rigurosos volúmenes entrelazados por vidrios correderos.

Las áreas principales se abren simultáneamente hacia la luz del sur y frontalmente hacia el mar que se despliega en el oeste, configurando una composición zigzagueante separada por una sucesión de espacios exteriores resguardados de los fuertes vientos. Estos espacios absorben la irregularidad del perímetro formando terrazas cubiertas por la prolongación de la cubierta en forma de pérgola. El exterior, marcadamente horizontal, dialoga con la verticalidad de los crecidos pinos que rodean a la construcción, realizada con madera y vidrio para alejar su concepción de una imagen pesada. La oscuridad que produce el tratamiento de los contrachapados de las fachadas contrasta con los luminosos interiores orientados hacia el Mar Báltico... [+]