En la isla de Gotland, en el mar Báltico, se encuentra esta residencia levantada sobre una ligera cresta que marca la ubicación de la costa hace mil años. En contraposición con la dureza del paisaje abierto y desprotegido, el edificio aparece como una tapia que se envuelve sobre sí misma para generar un recinto cuadrado que encierra un patio de la misma geometría. La austeridad material y conceptual evoca los galpones agrícolas locales, así como los restos de la fortaleza medieval de Bulverket. La vivienda se distribuye en el perímetro, alrededor del patio, y atiende las necesidades de una familia de tres generaciones: una pareja joven con niños y la abuela. Los dormitorios se disponen en diagonales opuestas, de modo que los usuarios se encuentran en la esquina donde se disponen una sala de estar y una cocina. Al patio se accede a través de una gran puerta corredera y desde ahí a la casa por cualquiera de las grandes tres aberturas. En sección, el plano del techo mantiene una cota constante en toda la casa, mientras que el inferior se adapta al terreno, dando lugar a variaciones de altura. La estructura se resuelve con vigas de madera sobre muros de mampostería revestidos con yeso natural coloreado. Por su parte, tanto los portones como las ventanas, ambos instalados en superficie, son de roble tratado con aceite...[+]