Sobre un terreno con una ligera pendiente hacia el mar y con algunos árboles y arbustos, se ha construido esta vivienda de vacaciones en el archipiélago de Estocolmo. Ante el hecho de que —a diferencia de proyectos anteriores— la conexión por carretera permitía el empleo de maquinaria pesada, y que el cliente demandaba una casa con un mantenimiento reducido, se decidió diseñar una construcción integrada en la naturaleza, donde el peso material y la gama de colores evocan el lecho de roca de granito de la isla. Así, una plataforma rectangular solventa el desnivel del terreno, sobre la que se disponen dos volúmenes, también de hormigón armado, cuyo perfil dentado y cubierta a dos aguas recuerda a los cobertizos para botes muy comunes en la zona. Cuando se accede desde el norte, la entrada entre ambos cuerpos enmarca la vista de la costa y se presenta como un espacio exterior protegido de la lluvia mediante una marquesina de cristal inclinada. El programa interior se divide en dos franjas: los espacios de servicio y dormitorios se disponen en la fachada norte; las zonas públicas en la sur, conectadas a la terraza y al paisaje por grandes ventanas correderas. Una sauna, un bloque independiente construido con hormigón y un interior de madera, ofrece un lugar apartado cerca de la playa y del muelle...
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