Biblioteca universitaria, Aveiro
Álvaro Siza 

Biblioteca universitaria, Aveiro

Álvaro Siza 


La duplicidad funcional de los edificios destinados a bibliotecas ha recibido respuestas muy distintas en el marco de la arquitectura moderna. La diferenciación o fusión de las zonas dedicadas al almacenamiento de las publicaciones y las reservadas para su consulta ha dado lugar a respuestas tipológicas básicamente clasificables en dos grandes grupos: aquéllas en las que el acceso a los libros es directo por parte del usuario, y aquellas en las que depósitos y salas de lectura forman mundos aparte, comunicados tan sólo a través de oscuros canales de transporte. A estas dos zonas funcionales hay que añadir la correspondiente a servicios generales, que va aumentando cada día más su proporción dentro del conjunto del edificio.

En la biblioteca de la Universidad de Aveiro, Álvaro Siza ha optado por una distribución espacial unitaria en la que libros y lectores comparten, salvo las excepciones de rigor, los mismos ambientes. Se trata de un edificio alargado apoyado longitudinal­mente en tres crujías de igual anchura, de las cuales las dos laterales sufren alteraciones en los espacios de borde, mientras que la central está perforada por espacios de distinta altura. Las cuatro plantas del edificio muestran claramente un núcleo central rectangular que alberga las salas de lectura y las estanterías de libros; a él se adosan dos bloques, uno en cada extremo, de los cuales el sureste alberga el vestíbulo en planta baja y salas más especializadas en los pisos superiores, y el noroeste incluye dos torres con escaleras y salas de estudio individual. La planta sótano está ocupada por los servicios técnicos, oficinas y depósito general.

El gran protagonista del edificio es la sala central de lectura, que se desarrolla en las tres plantas principales, comunicadas verticalmente mediante lucemarios que van cambiando de posición para enriquecer la experiencia espacial. Esta variedad se acrecienta también con el juego de las ventanas, que, de aparecer por los flancos en la planta primera, quedan reducidas a uno de ellos en la segunda y desaparecen totalmente en la tercera, iluminada únicamente por las claraboyas de la cubierta.

Libros y lectores conviven pues en un espacio en el que la luz tiene un protagonismo deliberado... [+]


Cliente

Universidade de Aveiro.

Colaboradores

André Braga, Jorge Nuno Monteiro; Alessandro d'Amico , María Clara Bastai, Cristina Ferreirinha, John Friedman, Chiara Porcu, Ashton Richards, Jan van de Voort.

Contratista

Construcões Campo Alegre.

Fotos

Luis Ferreira Alves, Teresa Siza (maqueta).