El solar de la intervención—un rectángulo de 126 x 66 metros, cuyo eje transversal esta orientado en dirección norte-sur—se encuentra en la zona sur de la ampliación de la Universidad de Alicante. En él se ha edificado un gran paralelepípedo chapado en aluminio que se posa sobre un zócalo de ladrillo; este volumen surge de la voluntad de crear una pieza abstracta que, apoyada levemente sobre un recrecido del terreno, se sostiene como si fuera un cuerpo en suspensión.

Se concibe la biblioteca como un lugar visible, transparente, atractivo y, sobre todo, accesible, lejos de la idea de lugar hermético y retirado del mundo que se asocia en ocasiones a este tipo de edificios.

Las salas de lectura ocupan las dos plantas que encierra el prisma metálico, cuyas caras —excepto la principal, orientada al norte— son prácticamente ciegas. El hueco acristalado de la fachada principal funciona como un escaparate en el que se exhibe el interior de la biblioteca ante toda la comunidad universitaria.

La planta baja alberga el resto del programa, organizado alrededor de un patio rectangular que facilita la entrada de una luz tamizada y sirve como área de descanso al aire libre; al norte quedan el acceso principal, el vestíbulo y la rampa, así como la zona de información; al oeste, las salas de préstamo, teledocumentación, encuadernación, catalogación, dirección y administración; al sur, la hemeroteca; y al este, la sala de reserva, la sala de colecciones y la mediateca.

El vestíbulo es un espacio lleno de actividad; su bullicio contrasta con el silencio de la hemeroteca que constituye un remanso tranquilo iluminado por cuatro patinillos. La mediateca es sin embargo un espacio oscuro, apto para el empleo de medios audiovisuales.

El conjunto de estos espacios se han proyectado con la intención de recrear un ambiente mediterráneo, en el que las plantas, la tierra y las rocas invaden los patios y las cubiertas, colaborando al control natural de las condiciones térmicas y lumínicas...  [+]