El proyecto trata de diseñar un ayuntamiento alejado de los códigos monumentales propios de los edificios institucionales y de dotar a la ciudad de un espacio público que se convierta en el nuevo centro urbano de la localidad. Este volumen compacto está concebido no sólo como un edificio administrativo, sino también como un símbolo comunitario y un espacio catalizador capaz de albergar nuevos usos colectivos. Tanto el edificio como el espacio público que lo rodea persiguen la abstracción geométrica, la alteración de la escala y la superación de los modelos tradicionales de representación para proponer una nueva narrativa. Este nuevo lenguaje, a pesar del respeto por la tipología convencional de los ayuntamientos, se distingue por su espíritu contemporáneo y por la revisión de elementos recurrentes en las casas consistoriales, como por ejemplo la plaza o la tribuna de pregones.

El edificio se completa con dos plazas públicas, a cotas diferentes, unidas mediante un graderío. Además de funcionar como una prolongación del interior, invitan al usuario a entrar, al tiempo que interactúan con su entorno e incentivan la actividad urbana en las calles aledañas. Por su parte, el lenguaje abstracto y continuo de las fachadas, revestidas con una chapa perforada de aluminio, confiere al conjunto una imagen contemporánea que lo mimetiza con su contexto urbano. La claridad geométrica del volumen se refuerza mediante la legibilidad y fluidez de las circulaciones interiores. La planta baja se abre completamente a la plaza principal —que salva el desnivel respecto a la cota de la calle—. El vestíbulo a doble altura, en torno al cual se articula el programa, es el centro del edificio. Además de recibir a los usuarios, conecta la planta baja con la plaza superior. Ésta permite un acceso independiente al salón consistorial y a las salas para bodas civiles, y los dota de un espacio abierto de recepción. La planta superior acoge las oficinas administrativas y el despacho del alcalde, que cuenta con una terraza hacia la plaza que hace las veces de tribuna de pregones. Además, el revestimiento continuo de madera otorga al interior una atmósfera cálida que se prolonga también al exterior a través del pavimento de las plazas públicas.

La presencia de grandes huecos, de patios y del amplio atrio central dota al interior de luz natural abundante y refuerza su relación con el entorno urbano. Durante el día, la chapa de aluminio —cuyo grado de perforación de la envolente varía en función de la orientación— protege el interior de la radiación solar y garantiza unas condiciones de confort adecuadas; mientras que por la noche, gracias a su porosidad, se transparenta para revelar el interior del edificio.