Este edificio acoge los archivos industriales de la compañía energética EDF y es el símbolo de su compromiso histórico y su fuerte presencia en la región de Meuse y Alto Marne. Los documentos hasta entonces se almacenaban en centros de producción (nucleares, hidráulicos o térmicos), unidades de ingeniería o espacios de servicios asociados. El nuevo archivo simplifica la organización y el almacenaje, y facilita el acceso a los documentos por parte de los trabajadores.

En lugar de construir un edificio de una sola planta que ocupase todo el solar —tal y como pretendía el cliente—, se opta por liberar el mayor terreno posible y concentrar el programa en un volúmen compacto: un prisma de 19 metros de altura y cinco plantas, con una superficie construida de más de 7.000 m² pero que tan sólo ocupa 1.400 m² de terreno. La compacidad del volúmen permite reducir la superficie de su envolvente y, por tanto, el intercambio de energía con el exterior, así como recuperar el agua de lluvia a través del terreno liberado, disminuir la distancia recorrida por los empleados y, al mismo tiempo, crear un objeto reconocible en el paisaje. La necesidad de un sistema óptimo de almacenaje y de una gestión eficiente conduce a una organización del programa en dos partes diferenciadas. En primer lugar, el archivo, que cuenta con veinte depósitos de 200 m² en los que temperatura y humedad permanecen constantes; y en segundo, las oficinas, insertas en la colina y abiertas al paisaje a través de grandes ventanales.

El prisma se recubre con una piel de paneles prefabricados de hormigón teñido con la tierra del lugar, en el que se embeben 120.000 discos de acero inoxidable colocados en la base del encofrado antes del vertido del hormigón. Estas piezas reflejan el paisaje circundante y suavizan la presencia del edificio en su entorno. Se trata, pues, de una envolvente dinámica que varía a lo largo del día según la luz incidente, la meteorología o los cambios que tengan lugar en el paisaje. Esta solución constructiva no sólo resulta efectiva desde el punto de vista formal, sino que, además, asegura el cumplimiento de las exigencias medioambientales. La doble piel de hormigón prefabricado (cerramiento y estructura), junto con los 30 centímetros de aislamiento térmico, garantiza las condiciones higrotérmicas adecuadas para la conservación de los documentos. Gracias a la inercia de sus muros, a la instalación de sistemas mecánicos de acondicionamiento eficientes (ventilación con recuperación de calor) o al empleo de luminarias de alto rendimiento, el consumo de energía anual del edificio es muy reducido, apenas 29 kWh/m².