En la historia del Auditorio y Palacio de Congresos ‘Finlandia’ confluyen dos motivos de frustración que Aalto habría de arrastrar hasta el momento de su muerte, el 11 de mayo de 1976: el plan de ordenación del centro de Helsinki y el proyecto para la Ópera de Essen. El origen de ambos se remonta a 1959, cuando el ayuntamiento encargó la redacción del plan a Aalto, quien a la vez era galardonado con el primer premio del concurso para la ópera alemana. A partir de aquel momento, ambos proyectos iniciaron un accidentado itinerario sin que su autor llegara a verlos nunca hechos realidad. El palacio Finlandia, en el que Aalto retomó muchas ideas del proyecto alemán, es también uno de los pocos fragmentos existentes del plan para Helsinki.

En la primera versión del plan de ordenación que Aalto presentó en marzo de 1961, el auditorio aparecía como una pastilla en el extremo sur de la hilera de edificios monumentales que, a modo de palacios venecianos, ocupaban la orilla occidental de la bahía de Töölö. El plan fue aprobado y al año siguiente se le encargó a Aalto el proyecto del auditorio. El cuerpo principal, correspondiente al programa de conciertos, aparece ya casi en su versión definitiva en los desarrollos de la primera versión, así como en la segunda versión del plan, presentada en 1964. Aalto siguió trabajando en la sala hasta 1967, y aquel mismo año se inició la construcción. Por entonces, sin embargo, ya habían comenzado a arreciar las críticas contra el plan así como contra el propio Aalto, convertido en una figura institucional para los jóvenes arquitectos finlandeses radicales. La polémica obligó a Aalto a realizar una tercera versión del plan en 1971, el mismo año en que se terminó la construcción de la primera fase del palacio; el ala de congresos, el pequeño cuerpo que prolonga hacia el sur el volumen principal, fue proyectado en 1970 y construido en una segunda fase entre 1973 y 1975.

Es esta estrecha vinculación entre el proyecto del edificio y la concepción urbanística del conjunto la que permite entender tanto la implantación de la obra como los aspectos más sobresalientes de su volumetría, desde la fachada recta y horizontal a la bahía, que debía actuar en continuidad con las de los demás ‘palacios venecianos’, hasta el volumen rotundo del auditorio, concebido para ser contemplado desde la autovía de la otra orilla.

Por dentro del edificio, es el proyecto de Essen el que se refleja tanto en la concepción del extenso vestíbulo principal como en el interior del auditorio, dominado por los ingrávidos palcos y los paños acústicos de madera teñida de azul índigo... [+]