Este edificio residencial para el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) emerge en un solar entre medianeras con forma trapezoidal. La fachada principal, orientada hacia las vistas, genera un amplio porche que no solo actúa como acceso, sino también como espacio de relación comunitaria. En la parte posterior, la geometría del solar permite una fachada oblicua que se orienta hacia el sol matutino y las visuales abiertas del patio de manzana.

El proyecto cuenta con nueve viviendas sociales diseñadas bajo un mismo principio: flexibilidad y espacialidad. Las estancias no tienen un uso predeterminado, lo que permite a los usuarios decidir si una habitación funciona como dormitorio, salón o comedor. Solo la franja central, que agrupa cocina, baños y comunicaciones verticales, define un uso específico. Esta zona organiza los servicios y permite liberar el resto del espacio.

Uno de los elementos clave del diseño es el pilar exento de piedra de marés que articula el encuentro entre estancias. A su alrededor, puertas correderas permiten abrir o cerrar espacios, generando una continuidad visual y funcional. Además, las estancias se disponen desfasadas entre sí, generando diagonales que amplían la percepción espacial.

La construcción destaca por el uso de materiales locales y de bajo impacto ambiental como cerámica, madera, cal, marés, algodón reciclado y corcho natural. El uso de hormigón se ha reducido al mínimo. La cerámica constituye la mayor parte de la estructura del edificio, mientras que la piedra de marés se utiliza en elementos clave como los pilares interiores y la fachada autoportante, integrando el edificio con el entorno isleño.

Cada habitación funciona como una celda estructural definida por muros de carga de ladrillo cerámico, conectados mediante pilares de piedra de marés. Zunchos cerámicos rellenos de hormigón armado refuerzan la estructura, sobre los que se apoyan forjados prefabricados de madera colgados con pletinas metálicas. La fachada exterior combina pilastras y muros de piedra de marés. La disposición de los distintos elementos en el despiece refleja la organización interna del edificio y conecta la fachada con el pilar interior de marés.

Además, el proyecto incorpora estrategias pasivas de climatización. Las estancias de acceso incluyen amplios ventanales que permiten captar calor en invierno o abrirse por completo en verano, funcionando como espacios exteriores, garantizando el confort con mínimo consumo energético.