El lema de la casi centenaria Academia de las Ciencias de California, ‘Explorar, explicar y proteger el mundo natural’, ha inspirado el diseño de su nueva sede, construida en sustitución del antiguo conjunto de edificios situado en pleno parque Golden Gate. Frente al Museo de Young, firmado por Herzog y de Meuron, la nueva Academia alberga bajo una amplia cubierta verde y ondulada un programa que combina la función museística con la investigadora y de almacenamiento de especímenes.

Al igual que en la antigua Academia, en el nuevo edificio —que cuenta con una superficie de más de 37.000 metros cuadrados—, todas las áreas están organizadas alrededor de un patio central cubierto, la piazza. También se han mantenido tres elementos de la antigua sede, destruida por un terremoto en 1989: el African Hall con sus dioramas originales, el California Hall y la columnata del Acuario Steinhart. A ambos lados del patio, sendas esferas —una ciega y la otra transparente— albergan respectivamente un planetario y un ecosistema amazónico visitable. Bajo ellas se desarrolla el acuario, que recibe luz natural desde la cubierta acristalada del patio central. La zona de investigadores, el almacén de especímenes y la administración se encuentran repartidos en dos volúmenes que flanquean el acceso posterior, donde se ha mantenido la columnata de entrada al antiguo acuario dando a la piazza, lo que le otorga un marcado carácter cívico.

Uno de los objetivos de la institución era hacer de su sede un edificio modélico en cuestiones de sostenibilidad, adoptando un enfoque integral: desde el reciclaje de los materiales de la antigua sede hasta la búsqueda de iluminación y ventilación naturales, pasando por el uso eficiente del agua y la generación in situ de energía. La cubierta es el principal dispositivo ecológico de la nueva Academia. Su cobertura vegetal a base de plantas suculentas autóctonas que no requieren riego permite ampliar la superficie verde, proporciona una gran inercia térmica y recoge agua de lluvia. Además, el voladizo del perímetro incorpora 60.000 células fotovoltaicas que generan el 5 % de la energía consumida por el edificio. Para garantizar la ventilación natural del espacio central, dificultada por su configuración en cruz y los ‘obstáculos’ de las esferas y la piazza, se hicieron simulaciones y cálculos mediante dinámica de fluidos computacional. La Academia consume un 30 % menos de lo exigido por la normativa de California y ha obtenido la calificación ambiental más exigente posible: el certificado LEED Platino.