Estación de autobuses, Casar
Justo García Rubio 

Estación de autobuses, Casar

Justo García Rubio 


A diez kilómetros al norte de la ciudad de Cáceres, el municipio de Casar debía alojar una estación subcomarcal de autobuses, para lo que se destinó un solar en esquina ubicado entre la guardería y el colegio, en una calle que, próxima a un parque, conduce hasta la entrada del cementerio. En este pueblo de arquitecturas blancas se empleaba hasta muy pocos años la técnica de la bóveda de barro: haciendo uso de un único material extraído de la tierra —al que se dotaba posteriormente de la geometría adecuada— se conseguía una solución unitaria para generar la estructura, la cubrición y las particiones interiores de las viviendas. La solución para la nueva estación llegó tras conjugar, una vez interpretados, lugar y tradición: del lugar —como punto de paso de los niños que acuden cada día a clase— se obtiene la forma, un enorme bucle que evoca el mundo de los sueños infantiles; la tradición —empleo de un material único para resolver todos los elementos del edificio— inspiró la utilización de la lámina de hormigón blanco, que materializa al mismo tiempo la estructura, la cubierta y los límites espaciales de la nueva terminal.

La nueva estación se configura con una lámina de hormigón blanco que sobresale por encima de los tejados, doblemente plegada para alojar el tránsito rodado en el bucle mayor y el de los pasajeros en el menor.

Como un anagrama de dimensión urbana, el bucle se genera a partir de dos pliegues sucesivos—desdoblados uno respecto al otro— de la lámina de hormigón. El pliegue menor, separado del exterior por dos planos de vidrio, recoge al peatón que se acerca generalmente desde el centro del pueblo: tras haber caminado bajo las antiguas bóvedas que cubren las calles transversales, éste percibe una sensación parecida al llegar a la estación. El pliegue mayor aloja en un ámbito al aire libre la llegada y salida de los autobuses, con una escala que responde al parque cercano y que permite que la estación, visible en la distancia, no se observe como un simple apeadero, sino como un nodo central en el funcionamiento del núcleo. En el sótano, al que se accede a través de una rampa en cuatro tramos que parte del punto en el que el lazo menor toca el suelo, se han situado los servicios, el bar y el almacén. De esta manera, la planta superior queda liberada de las funciones auxiliares, y es el espacio excavado, delimitado por los muros de contención de hormigón gris, el que posibilita en la parte superior el despliegue osado de la cinta de hormigón blanco.

En el sótano, los muros de hormigón gris alojan los servicios, el almacén y el bar, de manera que la planta superior queda liberada de funciones y la lámina blanca puede mostrar sin obstáculos su desarrollo completo.

La lámina es una superficie reglada y corresponde a un hiperboloide muy próximo a un toro. Su dimensión de 34 metros de luz, catorce de anchura en planta y tan sólo doce centímetros de espesor se ha obtenido tras cálculos precisos: entre las medidas tomadas en obra y la forma diseñada se apreciaron errores siempre inferiores al centímetro.


Cliente Client

Junta de Extremadura

Arquitecto Architect

Justo García Rubio

Colaboradores Collaborators 

Joaquín Macedo (aparejador quantity surveyor); Jesús Carreño (jefe de obra site supervisor); Juan Morollón (topógrafo topographer)

Consultor Consultant

Jaime Cervera (estructura structure) 

Contratista Contractor

Grupo Empresarial Magenta

Fotos Photos

Hisao Suzuki